¿SE APROXIMA OTRA PEQUEÑA EDAD DE HIELO?


¿Se aproxima otra Pequeña edad de hielo?                                                                                               Eric Omaña

Muy afortunadamente las opiniones por las RR.SS. acerca del caos climático se expanden cada vez más. Los trabajos científicos sobre la materia cada vez son leídos por más personas en todo el mundo. Y los eventos climáticos extremos son de tal magnitud que no pasan desapercibidos para los medios de información, los cuales por lo general ocultan tanto las causas como los efectos del sistema de producción y consumo que por ahora mueve a la economía mundial, el capitalismo, y solo expresan que lo que está pasando es consecuencia del calentamiento global, y los mas avanzados llegan al tema de la quema de combustibles fósiles y emisiones de gases de efecto invernadero, pero hasta ahí. Nada tratan acerca de las causas raíces del problema.

La agenda de este caos, tomando como ejemplo el período que comenzó con este verano 2021 en el hemisferio norte se pierde de vista. Para estos primeros días de agosto, tenemos las informaciones de incendios que han consumido un pueblo en Canadá y otro en California, el desarrollo de Dixie, el mayor incendio forestal de California, porque ahora los incendios duran tanto tiempo que hasta nombre le ponen en EEUU, como se hace con los huracanes del Caribe, el incendio de bosques en Siberia que ya alcanza un tamaño superior a Bélgica, algo increíble para una de las regiones más frías del planeta, así como los incendios forestales en Turquía y Grecia, país este último cuya capital tiene el incendio en sus alrededores.

Paradójicamente, al mismo tiempo, el caos se manifiesta con inundaciones en China, Alemania y Bélgica, con caída de nieve en zonas de Brasil donde no es común tal fenómeno, y granizos semiesféricos de 10 y más centímetros de diámetro en Italia. En India han ocurrido deslaves y paremos aquí porque el cuadro demanda despertar las alertas.

Como he manifestado en otras escritos, los investigadores que hicieron el famoso reporte "Los límites del crecimiento" para el Club de Roma, por allá por la década iniciada en 1970, concluyeron que en 100 años el planeta entraría en caos, bueno la humanidad más concretamente, por el agotamiento de los recursos para mantener el sistema de "progreso" y desarrollo para una población cada vez mayor, y que la contaminación y el daño ambiental asociado sería de tal magnitud que pondría en peligro la existencia de la vida en el planeta, con eventos climáticos cada vez más extremos, amen del hambre, que en la actualidad se expande, no porque cada vez hay mas gentes en el planeta, sino porque contradictoriamente hay mas animales que mantener para la industria cárnica.

Se ha establecido que con la producción agrícola conque se alimenta en la actualidad a los animales que se tienen en corral y en las fábricas de carne llamadas granjas industriales, se podría alimentar a diez veces la población actual del planeta que esta próxima a rayar los 8 mil millones de seres.

Vale acotar que para esos años setenta del siglo XX no se tenía tan claro como ahora, el tema del calentamiento global, apenas se bosquejaba el impacto de los gases de efecto invernadero y había cierta claridad con el tema de la destrucción de la capa de ozono.

Esos 100 años fueron reducidos a la mitad por investigadores que reformatearon las ecuaciones del equipo del MIT que preparó el trabajo para el Club de Roma. Nuevas variables fueron incorporadas, se actualizó la cuantía de otras, y además se contó con ordenadores más eficientes que los usados por aquel equipo universitario. De tal manera que lo que ahora se llama el punto de no retorno, no será como lo predijo este equipo para el 2070, sino para el 2050. Sin embargo, otros ensayos publicados hablan que ese punto se podría darse en cualquier momento de la década que se inicia en 2030, es decir, pasado mañana.

Y aquí entro en materia relacionada con el título, luego de hacer este contexto que me pareció necesario.

Se conoce como la Pequeña edad de hielo a un período frío que abarcó desde comienzos del siglo XIV, en el año 1303 aproximadamente, hasta mediados del XIX, con tres momentos de mínimos correspondiente a los años 1650, 1770 y 1850. La región del mundo mas afectada, de la cual se tenga noticia,  fue Europa, aunque las bajas temperaturas debieron tener afectos en lugares tan lejanos como América del Sur y China. Los científicos consideran que tan extenso frío fue causado por un cambio en la radiación solar que incide sobre la tierra y por alguna actividad volcánica que impactaron el sistema de interacción océano-atmósfera.

La Pequeña edad de hielo puso fin a una era extraordinariamente calurosa llamada óptimo climático medieval, que se inició en el siglo X y culminó en el siglo XIV.

Nos interesa concentrarnos entonces en el este sistema de interacción océano-atmósfera. La revista Natura publica en su más reciente edición, el trabajo de un grupo de científicos encabezados por Stefan Rahmstorf, del Instituto de Postdam para Investigación del Impacto del Cambio Climático, quienes concluyen que el sistema de corrientes del océano Atlántico podría colapsar y causar un impacto climático devastador, muy parecido, reflexiona este escribidor, a la Pequeña edad de hielo ya citada.

Este equipo se plantea este sistema se encuentra actualmente en su punto más crítico de los últimos 1.600 años.

Los investigadores que publican este trabajo, nos explican que las corrientes oceánicas que transportan agua cálida desde los trópicos hasta el norte del Atlántico, en su parte superficial, y agua fría en la vía contraria en las capas mas profundas del océano, provenientes del Ártico y de Groenlandia, que forman una especie de correa de transmisión, ya están desestabilizadas por la crisis del cambio climático.

Los autores indican que un colapso completo de ese sistema de corrientes oceánicas cambiaría de manera radical los patrones de lluvia en todo el mundo, con sequías interminables y violentas lluvias, originaría además temperaturas frías más bajas y de calor más altas en diferentes partes de Europa, y elevaría drásticamente el nivel del mar en la costa este de norteamérica. Pero como el planeta es un solo sistema, acentuaría el caos climático en ciernes sobre toda la humanidad. Es de estimarse que estas variables no habían entrado hasta ahora en los cómputos que iniciaron los investigadores de MIT y que recientemente se han incorporado en los cálculos que se han seguido haciendo alrededor del mundo.

La explicación del fenómeno se debe fundamentalmente a que los océanos y mares son el termostato de la Tierra, es decir, un verdadero sistema de control térmico, en virtud de que absorben la mayor parte de la radiación solar que luego distribuyen por todo el planeta. La radiación hace que le agua se evapore, forme las nubes, que al llegar a zonas donde hay corrientes de aire frío, produce las lluvias. El ciclo del agua. Este sistema contribuye a que haya vida en nuestro planeta, si no funcionara, en los polos y sus alrededores el frío sería extremo y en el ecuador y sus alrededores el calor seria también extremo, haciendo inhabitables esas zonas al ser humano.

El aumento general de la temperatura del planeta no se detiene, porque la causa raíz no ha sido ni siquiera considerada, de  hecho, países como Venezuela que han planteado planes estratégicos para salvar la vida en el planeta, y Bolivia y Ecuador que le han dado rango constitucional a la madre tierra, han sido objeto de burlas.

Al contrario se plantean soluciones diferentes a la de paralizar ya (right now, si no me entienden), sin ninguna discusión, la quema de combustibles fósiles. Por ejemplo, se habla de energías alternativas que hasta ahora son mas que soluciones utópicas que sustentables, porque generan tanta contaminación y tantos gases de efecto invernadero como las tecnologías tradicionales. Así los paneles solares y las turbinas eólicas que se nos venden como la panacea, que los malos de las transnacionales petroleras "sabotean", está demostrado que no son la solución. Los vehículos automotores eléctricos demandan para su construcción y funcionamiento tanta energía de origen fósil, que hacen que el balance de ahorro para el planeta tienda a cero.

Este aumento de la temperatura, que conduce el calentamiento global está haciendo que Groenlandia se vuelva habitable, como lo fue en la época en que los vikingos fueron a las costas de norteamérica, a principios del siglo XI. El derretimiento del Ártico, pero con más peso, el de la mayor de las islas del mundo, proporciona al océano Atlántico cantidades de aguas gélidas cada vez mayores. Eso hace que se disminuya el movimiento de esa correa de la que hablamos arriba. Los entendidos llaman a eso relantizar, que significa que no sigue el normal movimiento de aguas cálidas del ecuador hacia el norte, ni de las aguas frías del norte hacia el ecuador, con sus beneficios en el clima.

Lo que está ocurriendo es que el agua proveniente del deshielo, que debería sumergirse no lo hace por dos razones, la primera es que su sola presencia disminuye la densidad del agua y como el agua que proviene del derretimiento del hielo desprendido es en así agua dulce, por cierto de la poca que tenemos en el planeta, es decir no contiene sales, la densidad igualmente se hace menor, creando entonces las condiciones para que pudiera volver esa Pequeña edad de hielo, que paradójicamente se movería desde su extremo frío, colocando a Europa y a norteamérica en las condiciones climáticas glaciares que se vivieron hace diez u once mil años, y que pudiera contribuir a disminuir el calentamiento del planeta, hasta el extremo contrario, elevando a la n, las condiciones calóricas en esta parte tropical de la Tierra en la que ahora vivimos, pero en todo caso, poniendo en jaque a nuestra especie, que vive obnubilada por el "progreso" que ofrece el capitaloceno.

Las consecuencias de este daño eminente del termostato terrestre, las estamos viendo ya; las cuales no en balde fueron preanunciadas en el famoso informe del Club de Roma. La fuerza de los huracanes es cada vez mayor, y su formación se está dando no solo en el Atlántico con dirección al Caribe, gracias a los vientos alisios, sino que desde hace pocos años se ha sabido de la formación de huracanes en Europa, como el Vince que en 2012 tocó tierra en España, o el aumento de intensidad de tormentas como Xavier que impactó a Alemania en 2013 con las características propias de un huracán como los vemos en esta parte del mundo. Las inundaciones ocurridas el pasado mes de julio por efecto de la tormenta ciclónica ha sido considerada una de las mas letales ocurridas del país germano.

La ola de calor del verano de 2015, superada por la que se está viviendo en este año 2021, en ambos lados del Atlántico norte, promete inviernos igualmente más crudos. Alguna vez leí, que una situación no deseada como está haría que el flujo de migrantes cambiara radicalmente de norte a sur, solo que los europeos no se irían al África en lanchas inflables, en las llamadas patanas, sino en embarcaciones seguras, porque sin duda para ellos el Mediterráneo no sería el cementerio que es hoy en día para los pueblos hermanos del continente mas explotado y vilipendiado por los países de origen de esos posibles migrantes de épocas muy próximas, de no cambiarse el rumbo de esta historia social del cambio climático.

Por donde nos asomemos, las predicciones no son nada halagadoras. Se requiere entonces nuestra organización y movilización para convencer a los gobiernos a tomar la acción radical que planean los científicos para revertir esta dirección que nos lleva al encuentro con un destino destructor no solo de lo humano, sino de toda criatura viviente, movilización que demanda la difusión de la información, su análisis con mayor profundidad que como dijimos arriba se aprecia en crecimiento en las RR.SS, pero eso no es suficiente, se trata de actuar. Es ahora, o ahora.

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