CAÑO MÁNAMO. ECO-GENOCIDIO MODERNO QUE NO SE DEBE OLVIDAR

 

Por Eric Omaña


Introducción.

La historia del “progreso” está plagada de hechos paradójicos, porque el resultado ha sido, en muchas ocasiones, el retroceso social, político y económico de las mayorías con el beneficio de las minorías, eso que muchos autores han dado en llamar el 1%, y donde por supuesto los que se beneficiaron, quienes les sirvieron de promotores y sus descendencias,  han borrado de sus conciencias sus responsabilidades y hasta se atreven hoy en día a criticar, a hablar de los problemas con el ambiente, con la naturaleza, como la situación con el Arco Minero, para mencionar un caso que es emblemático en la actualidad, y al que le dedicaremos en su debido tiempo un trabajo en este blog.

Es duro decirlo, pero la mayoría del pueblo venezolano, incluido los y las  ambientalistas desconocen que el  caso de ecocidio más grande ocurrido en nuestro país, en todos los tiempos, es el cierre del Caño Mánamo, en el Estado Delta Amacuro, hace más 50 años, caso que además ha sido muy bien escondido en los anales de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), y que fuera ejecutado en la época en que su Presidente era el General Rafael Alfonzo Ravard, antes que lo llevaran a presidir la estatal, PDVSA. Gobernaba al país, el Dr. Rafael Caldera.

Igualmente nuestras gentes desconocen que ese deambular por Caracas y otras ciudades del país del pueblo Warao se inició con un genocidio, materia de atención para los estudiosos de los derechos humanos, porque el cierre del Caño Mánamo, acabó con una forma de vida de miles de waraos, con la muerte de muchos de ellos y les condenó a emigrar, a ir a ninguna parte.

El caso del Caño Mánamo fue un desastre ecológico, olvidado como algo que no pasó, que el común de la gente lo desconoce, y es un caso de la transcendencia, en materia ambiental y salvando las distancias, si se compara con la materia de seguridad industrial , como lo fue la Tragedia de Tacoa en 1982, solo que en Tacoa, como todo accidente, las fatalidades fueron visibilizadas de inmediato, mientras que lo ocurrido en el este curso de agua no fue motivo de especulación de la gran prensa, ni de los medios radiafónicos ni mucho menos televisivos. En el antiguo Congreso de la República, solo pocas voces se alzaron con la denuncia, pero nadie les tomó en cuenta.

Se han escrito trabajos que hoy deben rescatarse. Gracias a mis estudiantes de Postgrados del Centro de Ciencias de la Energía de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), se ha hecho alguna recopilación que ofrezco en las Referencias de este texto. Debe destacarse que afortunadamente el cineasta ambientalista Carlos Aizpurúa realizó en los años 80´s un documental de 40 minutos que todos debemos ver, el cual está disponible en la internet con ese nombre “Caño Mánamo”.

En el citado documental exponen sus ideas profesionales de la talla del inolvidable economista y profesor ucevista Francisco Mieres, el biólogo Ronald Egea, el geógrafo Eliseo Rodríguez, el abogado agrario Raúl Domínguez, y otras personalidades más como David del Moral, la sociólogo Marlene Echegaray, el antropólogo Esteban Monsony.  También Aizpúrua logra que campesinos, dirigentes agrarios y waros expresen sus opiniones ante lo que pasó, como José Caballero, dirigente agrario, y muchos anónimos.

Antecedentes

Con la exportación de hierro y bauxita, cada vez en aumento, en especial desde que ALCASA inició operaciones para la producción de aluminio,  las compañías estadounidenses  se plantearon la reducción de los costos de transporte, ya que los buques de gran calado no podían navegar por el Delta del Orinoco, por lo cual se usaban buques que alimentaban, fuera del delta, a esas naves de gran calado. Es decir, se plantearon llevar las grandes naves hasta los muelles actuales de SIDOR y sus alrededores, que en esa época administraban las mineras extranjeras. 

Y eso sencillamente fue la raíz del problema, fue un asunto para favorecer al capital extranjero, en una corporación que nació para impulsar el “progreso” de la región y dirigida por un militar que obviamente tenía la visión de progreso del gran capital, no de la región Guayana.

En el documental, su director incorpora la propaganda que en aquella época la CVG difundía por los noticieros de los cines y de televisión, para justificar con supuestos años de estudio, que no se habían ejecutado, lo que en realidad ya se estaba desarrollando, la modificación del curso de las aguas en una región del delta, con una gran y verdadera falsa información, la gran fake news de entonces. La CVG planteaba como excusa, no la necesidad de las mineras estadounidenses, sino la necesidad de alimentar a la creciente población que se estaba estableciendo en lo que llamamos la zona del hierro, Puerto Ordáz, una ciudad nueva, y la histórica San Félix, así como el crecimiento de Ciudad Bolívar y otras poblaciones más del estado Bolívar, como el Pao.

El principal argumento empleado en la propaganda oficial de la época era que debía dominarse las inundaciones anuales del Orinoco, para explotar los suelos objetos de esas inundaciones, durante todo el año,  ya que los mismos eran altamente productivos. Una de las personas entrevistadas, señala que uno de esos años, antes del cierre del caño, la región produjo mucho más arroz que el resto del país, con su método de uso de la tierra en la etapa no inundada de las islas del delta.

Para nada se hizo un estudio de impacto ambiental, a pesar que ya eran públicos las informaciones de la salinización del bajo Nilo, luego de la construcción de la represa de Asuán levantada entre 1959 y 1970 por el gobierno egipcio con el apoyo financiero y tecnológico de la URSS para “terminar con las inundaciones estacionales que ocurrían en el territorio del bajo Nilo” lo que acabó con la fertilidad milenaria de esos suelos, cuyos campesinos debieron recurrir a los agroquímicos, el suelo se salinizó y el proceso de desertificación fue de tal magnitud que aún sigue en aumento.

 Y como reporta un campesino, en la obra emprendida por el gobierno nacional tampoco fue consultado el campesinado, que hubieran explicado que ellos si sabían hasta cuando sembrar para garantizar recoger las cosechas antes de la subida de las aguas. Casi 5 mil  habitantes,  13,9 % del delta perdió su modo de vida campesina. Se perdieron haciendas de café, cacao, coco y los pequeños productores de verduras, plátanos, etc. obtuvieron por sus perdidas, a título de indemnización, cantidades irrisorias. La Ley de Reforma Agraria fue violentada de manera descarada.

Uno de los entrevistados en el documental “Caño Mánamo” señala que ciertamente los suelos del delta son muy ricos en nutrientes, que son arrastrados desde el Alto Orinoco, Orinoco Medio y todos sus tributarios, como el Caroní, pero como son suelos donde la cuña marina se desplaza también en función de las mareas, y existe también una capa de pirita, que al oxidarse convierte el suelo en tóxico, lo cual se venía resolviendo con la inundación, ya la misma lavaba el material tóxico y alojaba a los nutrientes, que era la explicación de la riqueza de la producción agrícola en esa región.

Al eliminarse ese lavado del componente tóxico, murió la fauna del río en esa zona, y no hubo más producción de cultivos alimenticios ni de las especies vegetales que puedan soportar las nuevas condiciones generadas con el cierre del caño, lo que condujo a la muerte de la fauna acuática.

Detalles del proyecto

Denuncia uno de los entrevistados que mientras la CVG informaba que se estaban haciendo estudios, en realidad lo que se estaba era ejecutando la obra a una gran velocidad, luego los reportes indicaban que se aspiraba a recuperar una extensión aproximada de 23.700 km2, para convertirla en la principal proveedora de agroalimentos para la región de la Guayana venezolana,  debido a la alta migración de personas hacia esta parte del país, producto de las obras de construcción de las empresas básicas de la zona matancera de Puerto Ordaz, y para ello se debía resolver el “problema” que significaban las crecidas periódicas del río Orinoco, cerrando el paso de las aguas en unas partes con diques de concreto y acero, drenando en otras, utilizando el material recuperado del drenado para construir vías terrestres que hicieran posible llegar a Tucupita, la capital del estado.

A la altura del cierre del caño, decían los documentales de la CVG, se movió un millón de metros cúbicos de tierra, para instalar las bases de la obra, se usaron más de 700 mil kilos de cabilla, se vaciaron 13.300 m3 de concreto, en 10 meses de octubre 1967  se construyeron diques y 3 compuertas tipo radial a un costo de 63 millones de bolívares, 15 millones de dólares de la época, baratísimo! La CVG incorporó el delta al “progreso” de Venezuela, decía la propaganda oficial

La razón de fondo, la causa raíz estaba en que las necesidades de abaratar costos de  Orinoco Mining, que aportó cuantiosos recursos para financiar la obra, la Bethlehem Steel y Iron Mines, ya que al cerrar el Mánamo las aguas se desviaron a otros caños, como el río Grande, lo cual permitió llevar barcos de gran calado hasta los muelles de SIDOR y de las mineras. La misma Iron Mines, reconoció que en dos años, luego de iniciarse la navegación de los grandes barcos, recuperó su aporte al gobierno, el cual favoreció así a las tres compañías, que ya pagaban en forma miserable el hierro que se llevaban del cerro Bolívar.

Consecuencias

Alguno de los profesionales arriba citados denunció a diversos niveles esa nefasta intervención que hizo la CVG de entonces en el Delta, pero caso curioso, el expediente desapareció de los tribunales en Monagas, pero también en la Corte Suprema de Justicia, lo que hoy es el TSJ.

Fue tal la afectación ambiental negativa que tuvo todo este mega proyecto, que sólo se llevó a cabo la primera fase, ya que al bloquear el paso del agua se impulsó la desertificación del área por la acidificación de los suelos, los cuales poseían en su horizonte inferior arcilla marina rica en sulfuro de hierro que se mantenía controlado por el agua de las inundaciones, pero en ausencia de estas, este sulfuro reaccionaba químicamente volviéndose tóxico principalmente por el aluminio, impidiendo el desarrollo de nuevos cultivos, pero además, se perdió la presión que el río ejercía sobre la corriente marina rica en sal, permitiendo que esta llegara a zonas profundas del Delta salinizando y afectando la fauna acuática, además de su flora.

Todo esto afectó también a las comunidades que se encontraban en la zona de impacto, especialmente el pueblo Warao, que debió sufrir enfermedades y muertes, obligándolos a modificar su estilo de vida por la falta de recursos provocada por los cambios negativos ocasionados, generando prácticamente la desintegración familiar y forzándolos a migrar a las ciudades sin sustento ni preparación para la vida en las mismas, perdiendo así su tan valorada independencia.

No queda dudas de que este es el desastre ecológico de mayor magnitud en el país, además de otro ejemplo de lo que puede pasar cuando el supuesto desarrollo y el progreso se utilizan como instrumentos ciegos del capitalismo para generar ganancias, aún sin importar la naturaleza o la vida misma. Fue tan voraz la cuestión que siquiera se esperaron los estudios previos de impacto ambiental para la construcción en sí, en donde se debió contemplar a las inundaciones como parte de la dinámica de ese ambiente.

Principalmente son tres cosas que impactan aún más a este servidor, la primera, la osadía de vender y mantener la gran mentira como algo beneficioso para los afectados y al país entero, la segunda, la complicidad e inacción de un Estado, lo cual en cierto modo se mantiene hasta hoy, ya que no se concretan medidas respecto al Delta y a la situación de los Waraos, que sigue siendo precaria, a pesar de algunos cambios a su favor en la legislación, y la tercera es lo relativo a la pérdida del expediente, incluso de la Corte Suprema de Justicia.

Narra la warao Pastora Aroy en ese documental de Aizpúrua  de la muerte de familiares de otras mujeres que le acompañan y luego canta “antes el agua corría libremente, y había mucha pesca, no se impedía la cosecha, no éramos pobres, tratamos de sembrar algo cuando se retiran las aguas de a poquito, pero al volver la creciente se pierdo todo,  no crece nada todos mueren por culpa del agua por haber secado el caño, ahora todo se inundó de agua sucia, salada, que no se puede beber, nuestra gente está sufriendo un hambre terrible, nuestro niños se mueren, mueren con dolores, también se acaban los viejos, todos mueren por culpa del agua   mala repugnante y  salada, no nos queda sino el aire y abandonar nuestras tierras".

Referencias

Aizpúrua, C. (2012). Caño Mánamo [Documental]. https://www.youtube.com/watch?v=glTvIOnSa8Y

Correa, C. y Malavé, G. (2015). Propuesta para Incrementar el Caudal de Agua Dulce en el Caño Mánamo Ubicado en el Delta Del Orinoco, Estado Delta Amacuro. [Tesis de pregrado, Universidad Católica Andés Bello]. Archivo digital. http://catalogogy.ucab.edu.ve/documentos/tesis/31142.pdf

García A. y Dieter, H. (1999. Planificando el desastre ecológico: Impacto del cierre del caño Manamo para las comunidades indígenas y criollas del Delta Occidental (Delta del Orinoco, Venezuela). Antropológica. 91, 1999: (31-56). https://www.academia.edu/555243/PLANIFICANDO_EL_DESASTRE_ECOL%C3%93GICO_Impacto_del_cierre_del_ca%C3%B1o_Manamo_para_las_comunidades_ind%C3%ADgenas_y_criollas_del_Delta_Occidental_Delta_del_Orinoco_Venezuela_

Faria, F. y Williamson, N. (2018). El hambre y la desesperación empujan a grupos indígenas a salir de Venezuela. Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados [ACNUR]. https://www.acnur.org/noticias/stories/el-hambre-y-la-desesperacion-empujan-grupos-indigenas-salir-de-venezuela

González, J. (2016). El cierre de caño Mánamo afectó gravemente el territorio. Revista Memorias de Venezuela, (37). https://issuu.com/centronacionaldehistoria/docs/mdv37en_baja/18

González, J. (2020). El camino es arduo y está sembrado de peligros: los warao del Delta del Orinoco. Revista Entrerios, 3(2).  https://doi.org/10.26694/rer.v3i02.10592

Montilla-Pacheco, A., Agüero-Corzo, E. y Salazar-Gil, M. (2017). Consecuencias Agrícolas por el Cierre del Caño Mánamo, Localidad de Puerto Amador, Monagas, Venezuela. Revista Científica Multidisciplinar Investigación y Saberes, 6(1), 41-66. https://docplayer.es/93258576-Consecuencias-agricolas-por-el-cierre-del-cano-manamo-localidad-de-puerto-amador-monagas-venezuela.html

Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada, Kapé-Kapé Asociación Civil (2021), “Venezuela: El cierre del caño Manamo alteró la vida de 22 mil waraos en Delta Amacuro”, Disponinible en https://www.raisg.org/es/radar/venezuela-el-cierre-del-cano-manamo-altero-la-vida-de-22-mil-waraos-en-delta-amacuro/

Rodríguez, J. R. (2005). Análisis de la situación ambiental del Bajo Delta del Orinoco: efectos causados por la implantación de un programa de desarrollo industrial. Revista Guayana Sustentable, (8), 9-30. http://biblioteca2.ucab.edu.ve/anexos/biblioteca/marc/texto/AAQ9608_8.pdf

 

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