APROXIMACIÓN A LA FORMACIÓN EN SST DE LA POBLACIÓN TRABAJADORA
por Eric Omaña
Introducción.
Solemos plantear que no se dispone de suficientes fuentes de información que permitan dar un enfoque crítico al tema trabajo-acccidentes y sus desenlaces, desde los que producen algún tipo de discapacidad para trabajar y vivir, hasta los fatales, pero eso es un decir a manera muy general, una revisión rápida en el contexto histórico necesario indica que si bien no es abundante la literatura al respecto, siempre hay algo, vamos a mencionar algunos textos que conocemos.
Así, en referencia a nuestro país
en primer lugar, se debe hacer honor a autores que en su momento recogieron
pasajes de las luchas de la clase obrera, quizás los más destacados son
personas como Hemmy Croes (1973) quien presenta información detallada de las
Huelgas Petroleras de 1925, y en especial la huelga de 1936, donde los puntos
resaltantes expresados por los huelguistas estaban relacionados con la
seguridad en el trabajo, como era el caso de obligarse las petroleras
extranjeras a re-enganchar a trabajadores que había sufrido accidentes de
trabajo, dar la adecuada seguridad a las lanchas que transportaban a los
trabajadores en el Lago de Maracaibo, y hasta el suministro de la elemental
sombra y agua en los campos petroleros.
Pedro Taborda (2016), líder
obrero de aquella época, señalaba que la militancia comunista de Jesús Farías
se expresaba enseñando a los obreros tanto las primeras letras como las
nociones de la lucha revolucionaria, que seguramente partía de las condiciones
tan inseguras en que laboraban. En esos años ocurrió el más grave de los
accidentes que haya tenido la industria petrolera en Venezuela, el Incendio de
Lagunillas de Aguas (1939) donde perecieron no menos de 2.000 personas, nunca
se supo la cifra exacta, y Farías fue testigo presencial de esos hechos.
Las condiciones de vida también
figuraban entre los reclamos de las huelguistas de 1936, porque esas gentes
venidos en su mayoría del oriente venezolano y de las montañas andinas, en los
alrededores de los campos petroleros vivían y dormían en las peores condiciones
habitacionales. En la película Venezuela Petroleum Company (2007) y otros
documentales del mismo corte se aprecia parcialmente tan grave situación.
A lo largo de la historia de las
luchas sindicales se ve que el tema de seguridad e higiene del trabajo es una
constante. Ideas semejantes a las de Croes se consiguen en la Tesis Doctoral
del profesor de la UCV Lenin Molina “Orígenes del movimiento obrero venezolano”
(1991). Cabe destacar que ambos autores, Croes y
Molina. fueron sujetos activos de los movimientos que plasmaron en sus
escritos, indicativo que, sin definirlo previamente, hicieron uso de la metodología
de investigar y actuar. Es decir, no eran personas ajenas al tema que
investigaron, sino que, por el contrario, estaban inmersos en el mundo del
trabajo, uno como sindicalista y el otro como periodista.
Más recientemente, luego del
paro-sabotaje a la industria petrolera nacional iniciado en diciembre de 2002,
quedaron para la historia textos que sistematizan como los trabajadores
petroleros recuperaron la producción que llegó a caer a 20.000 barriles
diarios, recuperaron las refinerías cuya producción casi rozó el cero absoluto,
y en todos ellos el tema de la prevención aparece reflejado, y debería ser
motivo de gran orgullo, porque en ese proceso de recuperación de PDVSA y de la
derrota de la élite meritocrática petrolera, no hubo heridos graves ni fatalidades,
hasta que en marzo 2003 se volvió a la “normalidad”, (Albarrán y otros, 2013)
De manera tal que en esos 4 meses,
cuando la producción de la empresa estuvo literalmente bajo el control de los
trabajadores de base, no de sus sindicalistas, ni de sus tradicionales
supervisores, graduados en las mejores universidades del país y del extranjero,
sino en manos de personas que no conocen mucho de termodinámica, mecánica de
flujos, transferencia de calor ni de procesos unitarios, pero que se saben de
memoria cómo intervenir un pozo petrolero, bombear crudo, gas o líquidos, cómo
se obtienen los refinados, las gasolinas, los lubricantes, etc. y que incluso “baipasearon”
los bloqueos informáticos que se generaban con la intervención de los sistemas
automatizados de producción por parte de la gente que apoyaba el paro-sabotaje,
aquellos hombres y mujeres demostraron el alto grado de conocimiento que tenían
y el dominio de las operaciones, lo cual unido a su disposición política, les
permitió la recuperación total de PDVSA.
Aquellos trabajadores petroleros,
gasíferos y petroquímicos, cuando tomaban el control de una instalación, no
arrancaban los procesos hasta no tener alineados a todo el mundo en lo que se
iba a hacer, no importando el tiempo que se requiriera, con alto nivel de
comunicación devenido de sus asambleas diarias, con un alto protagonismo y
donde la formación obtenida en los temas de seguridad de las operaciones salió
a relucir de una manera admirable.
En las refinerías se pudo
apreciar a graduados universitarios sin ninguna experiencia que se habían
incorporado al llamado de la empresa para la lucha que se estaba desarrollando,
dirigidos por los obreros, como se describe en el libro “Caballos de Abril. Los
que hicieron la historia” (2004). Allí se comenta el caso de un trabajador
falconiano en la Refinería El Palito (REP), al cual luego de un fogonazo,
cuando se disponían a arrancar el Horno B-103, lo declararon muerto por el
fogonazo, y así lo trataron todos los medios de comunicación que estaban
encadenados aupando el paro, cuando en realidad, por medida de simple
precaución, el trabajador y su compañero se habían retirado de la parte de
abajo del horno. El velorio de un ciudadano con el mismo nombre en Falcón era
utilizado para difundir la falsa noticia. El trabajador fue convocado a un
programa de televisión con el Presidente de la República, Hugo Chávez, así que
se trató de eso, una falsa noticia de muerte de trabajador.
Para sistematizar el rol de los
trabajadores en el enfrentamiento y la derrota al sabotaje que sufrió PDVSA están
disponibles varios textos más, que son auténticas crónicas, como “Testimonios
del rescate de PDVSA” (2013) que empecé a escribir en solitario cuando el
tribunal que investigaba el sabotaje petrolero me designó experto para levantar
data de aquel infausto acontecimiento y al ir a los sitios en estudio, los
operadores daban ese tipo de informaciones, y que son documentos que
permiten acercarse a la precisión del
nivel de seguridad como se hicieron las
operaciones, durante la derrota de aquel paro-sabotaje, como comenta Alonzo
(2006) cuando los obreros, allá en Anzoátegui, tomaron la dirección del suministro
de gas para impedir el colapso a que apuntaban los promotores del sabotaje
petrolero.
Lo que está pendiente como tarea
es complementar tales crónicas sobre el control de los peligros que impidió que,
en aquellos meses, pese a las presiones, no hubiese habido accidentes graves ni
fatalidades. Lo más paradójico y hasta terrible de esta experiencia petrolera
es que después que el paro-sabotaje fue derrotado, que los obreros volvieron a
sus roles de supervisados y los graduados universitarios a su rol de planificar,
supervisar y dirigir, se volvió a la situación de accidentes fatales cada
cierto tiempo.
Aquí hay una primera reflexión, y
es la gran diferencia de una empresa de alto riesgo, con peligros
cualitativamente catastróficos, en manos de los trabajadores, y la misma
empresa en manos de representantes del empleador, que en este caso es el
Estado. En la primera priva la seguridad de las gentes, priva la salud y vida
de quienes acometen las tareas, mientras que, en la segunda, la “normal” que
priva es la producción, el barril como se dice en el argot petrolero. Esa puede
ser una primera lección a tener en cuenta en este reporte.
La
muerte del trabajador y la impunidad del empleador.
Aspectos conceptuales asociados
al tema de la muerte en el trabajo se consiguen en la literatura universal,
entre los estudiosos del movimiento obrero, y en especial entre los creadores
de la teoría socialista. En esta línea se tiene a Federico Engels con su
“Situación de la clase obrera en Inglaterra” (1876) donde llega a señalar que
en la ciudad de Manchester hay tantos obreros lisiados que parecen contingentes
venidos de un frente de guerra, así como a Carlos Marx quien en “El Capital”
(1867) pone en evidencia que la destrucción de la vida humana en el trabajo,
así como la destrucción de la naturaleza, representan la gran contradicción del
capital, porque son las fuentes que le asegura su reproducción y aumento de
poder al capitalista,
Igualmente, Rosa Luxemburgo
(1915) trabaja el tema, sino que para destacar el carácter depredador del
capitalismo lanzó su famosa expresión “Socialismo o barbarie” inspirada, según
algunos autores por los textos de Engels, aunque para otros investigadores, se
trata de una expresión que se debe solo a la Rosa Roja, como se le llamó a esta
revolucionaria, asesinada por las bandas fascistas en crecimiento en la
Alemania pre-nazi.
A partir de los años 70´s del
pasado siglo se manifestó una corriente social por el tema de la seguridad y
salud en el trabajo a nivel mundial que partió de Italia con la medicina social
y que tuvo manifestaciones en Venezuela con el trabajo de Emigdio Cañizales y
toda una generación de académicos, dirigentes sindicales y luchadores sociales,
como fue en otras partes del planeta.
Así, fue en Italia donde asociada
a las luchas de los trabajadores por mejores condiciones de vida y de trabajo,
surgieron autores como Renz (1974), quien escribe sobre el tema específico que
se tratará en este reporte, haciendo un análisis político, técnico y jurídico
muy completo de la situación en regiones de Italia, en una época donde no había
computadoras ni internet, pero en la cual los entes que llevan estadísticas,
las llevaban al día, que es una gran debilidad en el caso venezolano de
siempre, pero más intenso en la actualidad, cuyo ente gestor en la materia,
hace años dejó de presentar resultados con la excusa de las fallas de la
internet.
Renz y su prologuista, el médico
mexicano Jorge Fernández Osorio, quien escribiera el texto “La lucha de los
trabajadores por su salud: arma de lucha política en manos de los trabajadores”
en 1999, coinciden en que, en ambos países, Italia y México, la posición
empresarial es atribuirles a los trabajadores que se accidentan la causa de los
mismos por su “irresponsabilidad, el descuido o la distracción”, es decir, a
través del término fácil de “acto inseguro”, se manifiesta la causa del evento.
En este reporte que se está
presentado, con estas notas, se determinó igual situación en Venezuela, que
lleva pensar en la explicación de fondo está en un sistema inhumano de
producción y consumo que nos es común a los tres países, Italia, México y
Venezuela, sistema al cual solo le interesa la reproducción del capital.
Incluso, una de los contextos sociales que se repiten tiene que ver con la
“naturalización” de la muerte en el trabajo, cuando los propios trabajadores,
sus familias y la población en general aceptan esta especie de fatalismo porque
la posibilidad de morir en el trabajo es lo que le proporciona la comida a sus
hijos, y porque además saben que cuando se rebelen contra ese estado de cosas,
vendrá el bastón y la espada del Estado, la violencia del sistema a poner las
cosas en orden. Renz llega a comparar la muerte en el trabajo con la Inquisición
medieval, cuando la víctima asumía toda la culpa que los torturadores hubiesen
inventado.
Renz (1974) proporciona data
estadística importante del problema de los accidentes al señalar que “el número
de trabajadores inválidos (con discapacidad) en Italia, de 1946 a 1966, es
cerca del doble de los inválidos de las dos guerras mundiales”; y en la parte
jurídica de su libro, el título del Capítulo XIII lo dice todo “Legislación
imperfecta, injusticia asegurada”.
En este reporte, observo que no
hay en Venezuela manera de saber cuántas personas quedan discapacitadas por los
accidentes de trabajo, ni mucho menos cuantas fallecen por esos accidentes,
pese a que tenemos una legislación que en principio sería la barrera a la
impunidad, pero como escribe el autor comentado, “el hecho que el trabajador
permanezca en una condición de inferioridad en la relación de trabajo respecto
al patrón, ha hecho que hasta el día de hoy la disposición permanezca en el
papel…”, es decir, que en cualquier Estado, las leyes se apliquen según la
clase que tiene el control del gobierno, así en nuestro país, en lo que a la
economía se refiere, pese al discurso “socialista” bolivariano, las bases de
estos gobiernos están bajo el control de la clase empresarial, pública y privada.
Otro autor de esta corriente que
se revisa es Daniel Berman (1979) de EE.UU. quien escribió a finales de los
70´s “Death on the Job” (Muerte en el trabajo) y que a su vez estuvo muy
influenciado por el sindicalista de la poderasa Organización de los Trabajadores
del Petróleo, la Química y Energía Atómica (OCAW), Tony Mazzocchi. La OCAW
tenía como propuesta que la seguridad y salud en el trabajo es un asunto tan
serio que no se puede dejar en manos de las empresas y mucho menos de los
gobiernos, y que es un área que debe asumirla la organización de los
trabajadores y trabajadoras.
Lax (2006) citando a Berman, escribe: “A nivel individual, las corporaciones continúan
afirmando que la negligencia de los trabajadores, el desprecio deliberado de
las medidas de seguridad y la propensión a los accidentes son las principales
causas de los accidentes en el lugar de trabajo”. Ese es un asunto que se tratará en su momento,
porque es la base del paradigma dominante en quienes ejercen las disciplinas
que tienen que ver con la prevención y la investigación de accidentes y actúan
sin reflexionar sobre el contenido y el propósito de su trabajo prevencionista.
Berman sostenía que el poder de la clase obrera es la clave para un trabajo
seguro y saludable y que por eso toca a los trabajadores como colectivo, y no
como individualidades, “desafiar el derecho de los empleadores para organizar
unilateralmente las condiciones y medio ambiente de trabajo”.
De esta manera, Berman citando a
Mazzocchi adelantaba lo que se puede entender como una propuesta para cambiar
las relaciones de trabajo y como un gran reto para los trabajadores: plantear
desde las condiciones objetivas que fija la empresa, las condiciones en que se
va a trabajar para que no haya accidentes y enfermedades ocupacionales, es lo
que hoy se llamaría el control obrero. Se piensa así que, si se trabaja en una
empresa que tiene tales peligros, los trabajadores organizados pueden, porque
no es una tarea de una individualidad, establecer las condiciones en que se va
a laborar y asumir esa direccionalidad de la seguridad.
En esta dirección se podría
trabajar en Venezuela, donde el propósito y espíritu de las leyes dan a los
Delegados y Delegadas de Prevención la posibilidad cierta de modificar las
condiciones materiales de trabajo e incluso la organización del trabajo. Pero
la verdad es que eso no se ha podido materializar, salvo en muy pocas
oportunidades, demostrándose una vez más que las excepciones validan la regla.
Daniel Berman, desde su
perspectiva socialista no solo puso en manos de los trabajadores y estudiantes
la historia de las luchas por la seguridad y salud en el lugar de trabajo en
EE.UU, describiendo cómo los trabajadores, los sindicatos y sus aliados
activistas y profesionales se unieron como movimiento, confrontando
directamente el poder corporativo en un esfuerzo por hacer que el trabajo fuera
más seguro y saludable, sino que además contextualizó acertadamente que se
trata de la lucha entre el capital y el trabajo, apuntando a la contradicción
fundamental, entre la necesidad del capitalismo de maximizar continuamente sus
ganancias y la necesidad de los trabajadores por su seguridad física y mental,
así como por condiciones de trabajo saludables y confortables.
Una sistematización bien amplia y
concreta del tema Muerte en el trabajo e impunidad empresarial revisada para
este reporte se consigue en otro texto italiano, “La lana de la salamandra” de
Giammperio Rossi (2011) que recoge una experiencia de casi un siglo de generación
de contaminación y muertes con el peligroso asbesto, una sustancia cuyo efecto
sobre la salud y la vida no depende como en la mayoría de las sustancias
químicas de la concentración y la frecuencia de exposición para generar el
daño, sino que basta una sola exposición a la concentración más pequeña
imaginable para que la persona expuesta desarrolle la enfermedad, aumente su
discapacidad para llevar una vida normal y a la larga muera por el asbesto.
En este caso, tanto los
trabajadores como la población de Casale Monferrato se enfrentaron contra la planta
de asbestos suiza Eternit. Luego de superar todas las barreras legales y sub-legales,
se hizo justicia en el sentido que se declaró culpable a los dueños de la
empresa en 2007, por desastre ambiental doloso, lo que condujo a pírricas
indemnizaciones tipo ayuda humanitaria, para los sobrevivientes y la
imposibilidad de llevar a la cárcel a los dueños, a quienes se les aplicó la
pena de 18 años cárcel por los trabajadores fallecidos por exposición al
asbesto para estos multimillonarios suizos, en 2013. Por su lado, desde Zurich,
la empresa Eternit desestimó el fallo como "escandaloso y absurdo".
Los empresarios fueron absueltos en el Superior, la impunidad así fue producto
de la imperfección de las leyes, como apuntaba Renz. Algo muy parecido a este
reporte se verá con respecto a Venezuela.
La
formación de los trabajadores en SST. Una aproximación al caso venezolano.
Durante el decenio de la dictadura perezjimenista,
se construyeron importantes obras para el pueblo trabajador como la Ciudad
Vacacional Los Caracas en el hoy estado La Guayra y dos tremendos edificios,
uno la Casa Sindical de El Paraíso, en Caracas, y la Casa de los Trabajadores
en Barquisimeto. Ambas edificaciones contaban con amplios auditorios, no tanto
para dar clases, pero si para el desarrollo de las actividades culturales,
necesarias para la formación integral del ser humano.
Pero es el año 1959,
posiblemente, el que debe ser tomado en cuenta para hablar de formación de los
trabajadores y trabajadoras en forma sistemática por el Estado, ya que fue
cuando el Maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa puso a andar el Instituto
Nacional de Capacitación Educativa (INCE) hoy con una “S” de Socialista. Pero
no va a ser hasta los años 80´s del pasado siglo cuando se aprecia alguna
intencionalidad en materia de seguridad y salud en el trabajo específica,
cuando se produce un curso del INCE, apoyado en un folleto bien trabajado por
parte del Ing. Rafael Cáceres, uno de nuestros maestros en la Higiene Ocupacional.
En
esos años, como mencionamos arriba, a nivel mundial y local, hubo mucha
actividad en la materia que estamos abordando. Por ejemplo, el INCE creó la
figura de Formadores de Instructor de Empresa, y colegas prevencionistas
empezamos a darle forma a cursos de Prevención de Accidentes al estilo de lo
que se venía haciendo en países con mayor desarrollo tecnológico que el
nuestro, porque la política de la institución era y es aún, descontar las inversiones
en esos cursos, de los aportes que hacen las empresas al INCE. Aún no se había
aprobado la LOPCYMAT, pero ya se había creado la necesidad de dar formación de
prevención, sobre todo en las empresas de alto riesgo.
En
esa década activa de los 80´s tanto la Central Unitaria de Trabajadores de
Venezuela (CUTV) del PCV, como la Confederación de Trabajadores de Venezuela
(CTV) de AD, crearon Departamentos de Seguridad y Salud de los Trabajadores y
Trabajadoras. En ambos destaca la figura de Emigdio Cañizales como promotor y
hacedor. En lo personal, Cañizales me encomendó redactar el Manual de
Contratación Colectiva en Condiciones de Higiene y Seguridad Laboral (1989).
En la CUTV actuaron como
fundadores y asesores los académicos Nilia Rodríguez, Maigualida Barrera,
Gloria Alicia Cabezas, Alcira Ferrer, Luisa Sánchez, Sara Vera, Omar
Barreto, Miguel Arteta, Oscar Feo y Eric
Omaña. Las líderes sindicales fueron (entre otros) María León, Dilia Petit y Antonio Morales, Ramón Polanco
y Giovani Cedeño.
En la CTV destaca la figura de un
líder obrero, Beltrán Vallejo, quien venía de URD y había dado un apoyo a los
trabajadores de SIDOR muy importante en la huelga de 1972, que culminó con el
despido de más de 400 obreros. Vallejo y el líder regional de Bolívar, Zerpa
Mirabal, hicieron con Cañizales una gran alianza en la Comisión Presidencial de
Riesgos Laborales, la que presentó al entonces Congreso de la República el
anteproyecto de la LOPCYMAT en el año de 1977. Recuerdo siempre cuando la
gobernación del estado Bolívar construyó la Casa del Minero en El Callao, y
Vallejo me invitó a dar la conferencia inaugural sobre los peligros para la
vida y la salud en las minas.
Con Beltrán Vallejo, la CTV llego a firmar un convenio con una fundación de la socialdemocracia alemana para crear el Instituto de Altos Estudios Sindicales (INAESIN), que fuera sostenido por esa fundación, cosa que estimo aún se debe estar dando, pero INAESIN ya no es una instancia de la CTV, que prácticamente no existe, dedicándose esa institución ya a ser un observador de la conflictividad laboral, porque ya no promueve la formación en SST.
Los años 80´s son también los
años del mayor accidente industrial que hemos vivido (Explosión de los tanques
de combustible de la Termoeléctrica de Tacoa en 1982), la promulgación de la
LOPCYMAT (1986) y el ascenso de un movimiento político-sindical, que prometía ser el nuevo sindicalismo, que se llamaba
entonces alternativo, la Causa Radical, devenido décadas después en un partido
de la extrema derecha venezolana, con casi ningún apoyo en el movimiento
obrero. Pero no por eso debe dejar de mencionarse su experiencia.
Los Matanceros, como así se
hacían llamar los militantes de esa tendencia, crearon comités de obreros por
departamentos basados en el asambleísmo permanente, todo se discutía en
asamblea, teniendo como norte de acción lograr la jornada de 40 horas
semanales, como estaba pasando en las siderúrgicas de Europa, de donde venía uno
de sus asesores, quien además de sus estudios de postgrado en química, había
tomado cursos de formación en SST.
Los matanceros llegaron a tener
tanta ascendencia sobre los trabajadores de SIDOR que ganaron las elecciones
del sindicato SUTISS, cosa que no aceptó la CTV, instancia que intervino a la
organización sindical. Con el tiempo, y tras continuas derrotas, los matanceros
desaparecieron como movimiento y solo quedó el partido, ahora alejado de las
luchas de los trabajadores, pérdida su brújula política y marchando con la
gente que en otros tiempos denunciaron y combatieron.
Otras agrupaciones políticas también avanzaron en
esos tiempos en lo que ha promoción en SST se refiere. Entre 1970 y 2000, grupos profesionales unieron esfuerzos
con el movimiento obrero, formando colectivos para la formación y defensa de la
SST. Así, el Comité Popular de Guaicaipuro I en Catia, Caracas, creado para
difundir el marxismo entre los obreros de Caracas, con Claudio Cedeño, Víctor Reyes
y Eric Omaña, aplicaron la Encuesta Obrera de Marx en los trabajadores del
calzado en el Catia, La Yaguara y San Martín. La encuesta es un documento que
pone en evidencias las malas condiciones y ambientes de trabajo, por lo cual
agregaron a su práctica educativa la formación en SST.
En la ciudad de San Félix, un colectivo, encabezado por
el abogado laboralista Edwin Zambrano, fundó y sostuvo durante cierto tiempo,
la Casa de Trabajador en Ciudad Guayana, que al igual que la Escuela de
Formación Obrera en Maracay, creada por Oscar Feo y sostenida por Carlos Rangel
han mantenido el tema de la formación de la SST como una de sus prioridades
temáticas.
También en esa intensa década de los 80´s en la
Universidad Central de Venezuela, la Asociación de Empleados AEA, hoy sindicato
SUTRA se ocupó del tema, mientras formaron parte de sus filas los trabajadores
Carlos Rangel y Romero Veloz.
Muy pocos sindicatos han mantenido en el tiempo una
posición leal al tema de la SST en sus cursos, uno es el Sindicato de Artes
Gráficas de Caracas y Estado Miranda, con Carlos Reyes, jubilado, pero no ido
del sindicato, cuentan con la experiencia de darle a sus afiliados delegados
sindicales y delegados de prevención, la misma formación. Hemos sido testigos
de ello, cuando nos han invitado a conversaciones con sus integrantes.
También
existieron colectivos sólo de trabajadores que buscaron el apoyo de
profesionales como FESINLARA en Barquisimeto (Pedro Abarca) y la Jornada en
Barcelona, muchos de cuyos militantes tuvieron alta participación durante los
eventos promovidos por la meritocracia petrolera en 2002-2003.
Desde las universidades se promovieron cursos de
formación en SST para trabajadores y trabajadoras, delegados y delegadas de
prevención, principalmente en la UCV, UC y UCLA. Alguna experiencia hubo también
la hubo en LUZ. En la UCLA llegaron a dictar un Diplomado para Delegados de
Prevención.
Cabe destacarse que luego de superado el paro-sabotaje petrolero de 2002 , se creó una Fundación para promover la formación integral de los trabajadores petroleros, la cual luego en el 20o3 fue llevada al nivel universitario por el Presidente Hugo Chávez con el nombre de Universidad Bolivariana de los Trabajadores “Jesús Rivero” (UBTJR) cuyos espacios de formación son los propios centros de producción.
Esta universidad basa su estrategia académica en Autoformación Colectiva, Integral, Continua y Permanente, uniendo en un todo la educación, el trabajo y la ciencia, siendo su objetivo central desarrollar tecnología y técnica para satisfacer las necesidades colectivas de la sociedad. Actualmente la UBTJR viendo promoviendo diplomados para los trabajadores del sector petrolero, gasífero y petroquímico, y hasta ofrece una carrera universitaria en el área de SST.
El rol
del INPSASEL.
Desde su creación el INPSASEL ha priorizado la formación
de la gente que trabaja en materia de SST, nos consta, solo que no se aprecia
una continuidad de las acciones en esa dirección, o al menos no lo presentan en
estadísticas; en las mal llamadas redes sociales siempre vemos actos de
formación de formación del instituto, pero al no llevarse data en forma
sistemática, no se puede tener una idea global de lo que se está haciendo en la
disciplina.
El rol de
las centrales obreras y sindicatos
No podemos terminar estas notas sin mencionar el rol de la principal central obrera actual, del país, ahí no se aprecia si tienen algo o a alguien dedicado al tema de la formación en SST, y solo algunos sindicatos de Lara y de los Gráficos de Caracas podemos dar fe que le ponen su grano de arena al problema. Como lo he expresado en otros textos, los sindicalistas son los primeros que no se quieren involucrar en la SST porque eso les saca de su zona de confort y por lo general los lleva a la zona de lucha, de insurrección, y muchos no están ganados para eso, así fue en la cuarta y lamentablemente sigue siendo igual en la quinta república, uno aprecia que priorizan el tema cuando van a un conflicto economicista.
En este
tema la dupla INPSASEL - Central Obrera que debería retroalimentarse no se
aprecia interés en hacer más práctica la formación en SST, solo en el discurso.
Nos compete a los prevencionistas presionar para que eso cambie en las cabezas de la gente que
dirige a ambas instancias, porque es un tema de clase social, humanístico y
necesario de resolver.
Referencias
Albarrán, F.; Carvajal, S.; Chirinos, C.; Hanson, M;
Mujica, C.; Nava, H.; Omaña, E.; Polanco, C.; Hung, T. (2013). Testimonios del rescate de PDVSA. Fondo
Editorial Ipasme. Caracas.
Alonzo, R. (2006). Testimonios del paro petrolero. Gerencia de Asuntos Públicos de
PDVSA Gas y Planta de Fraccionamiento y Despacho del Complejo Criogénico de
Jose. 2a edición. Venezuela.
Berman, D. (1983). Muerte en el trabajo. Siglo XXI Editores. México.
Croes, H. (1973). El
movimiento obrero venezolano (elementos para su historia). https://prensapcv.files.wordpress.com/2014/04/el-movimiento-obrero-venezolano-libro.pdf
Departamento de Salud y Trabajo
de la CUTV. (1989). Manual de
Contratación Colectiva en Condiciones de Higiene y Seguridad Laboral.
Disponible en
https://es.scribd.com/document/547245465/Manual-de-Contratacion-Colectiva-en-Condiciones-de-Higiene-venezuela
Engels, F. (1845). Situación de la clase obrera en Inglaterra.
Libro en línea.
Lax, M. (2006). Reviews:
Inspiration for a Movement: Re-Reading Death on the Job: Death on the Job.
Journal of Environmental and Occupational Health Policy, 16(3), 315–348. Disponible
en doi:10.2190/a6l8-m768-2575-2458
Luxemburgo, R. (1915). La Crisis de la Socialdemocracia Alemana. Disponible en https://www.fundacionfedericoengels.net/images/PDF/La_crisis_de_la_socialdemocracia.pdf
Marx, C. El Capital. Tomo I. (1867). Libro en línea.
Molina, L. (1991). Génesis del Movimiento Obrero y su Desarrollo (desde 1840 hasta febrero
de 1937). Tesis de Grado para optar por el Título de Doctor en Ciencias
Mención Ciencias Políticas. Universidad Central de Venezuela. Caracas.
Renz, R. (1974). La
muerte obrera. Investigación sobre los homicidios blancos y los accidentes de
trabajo. Ed. Nueva Imagen, México.
Rossi, G. La
lana de la salamandra. Disponible en
http://tusaludnoestaennomina.com/wp-content/uploads/2014/06/La-lana-de-la-salamandra.pdf
Taborda, M. (2016). Petróleo y clase obrera. Orígenes de la clase obrera venezolana. https://biblioteca.clacso.edu.ar/Venezuela/ceshc-unermb/20160721032438/TABORDA.pdf
Villa, M. (Productor, 2007). Venezuela Petroleum Company. La Villa del Cine. Venezuela.
rescato esta frase: "pero al no llevarse data en forma sistemática..." Pienso que eso forma parte de nuestra criptonita. Estoy convencido que el manejo adecuado de datos es un ingrediente indispensable. Por ejemplo: Todos los certificados de defunción en Vzla tienen un campo para registrar el oficio y profesión de la persona fallecida, es decir, tenemos una información valiosa y no puedo asegurar si algún ente procesa sistematicamente esa información. En caso que sí se haga, sería maravilloso una publicación estadistica de los resultados anuales.
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