UNA SOLA SALUD, ONE HEALTH
Por Eric Omaña
CONTEXTO La pandemia de la Covid-19, que se viene manifestando desde diciembre de 2019, que ha cobrado millones de vidas, dejado a millones de personas con secuelas diversas como efectos post-enfermedad y ha causado daños económicos sin precedentes en todos los países, porque literalmente paralizó casi toda la actividad laboral del planeta, está dejando lecciones que los gobiernos y las pueblos debemos atender, sobre todo los pueblos, porque los tiempos de los gobernantes son cortos, y quienes los suceden no tienen la memoria que tienen los pueblos, cuyos tiempos son centenarios y hasta milenarios.
Una de esas lecciones, que en Venezuela el Presidente Chávez la proclamaba todos los días a su equipo ministerial, es la coordinación, la integración, la comunicación, en fin, la acción conjunta de los órganos del Estado, para lograr que este funcione. En el caso de la salud es obvio, pero la pandemia nos los volvió a poner en la cara.
Resulta que a nivel de Naciones Unidas (NN.UU.), desde comienzo del 2020, tres de sus principales instancias rescataron la iniciativa UNA SOLA SALUD -ONE HEALTH-, ellas son la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), que sin duda es un enfoque unificador, integrador, que procura equilibrar y optimizar de manera sostenible la salud de las personas, los animales y los ecosistemas.
Ahora bien, a esta iniciativa, le falta la integración de un ente como es la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que lleva el tema de seguridad y la salud en el trabajo, que cada año nos informa de los más de 2 millones de trabajadores y trabajadoras que mueren por enfermedades ocupacionales y por accidentes de trabajo, en una relación 10:1 es decir, mueren 10 personas por enfermedad laboral contra 1 persona que muere por accidente de trabajo, lo que se ha llamado la pandemia ocultada o no tomada en cuenta por los medios de comunicación.
Tal vez será necesario sacar el tema de la salud y la vida en el trabajo de ese organismo, y asignarlo a la OMS, ya que seguir por esta vía, sin la incorporación de la variable trabajo a esta iniciativa de UNA SOLA SALUD, ONE HEALTH, significa ni más ni menos que aún no se entiende la relación del trabajo y la naturaleza, esa que Marx analizó en El Capital hace ya 155 años, tal como nos los explica Bellamy Foster (2000).
Y la explicación de esto última es sencilla, es en los procesos de producción de bienes y servicios, donde surgen, emergen, se producen todas esas sustancias y energías que están acabando paulatinamente con la vida en el planeta. Como decía el Dr. Emigdio Cañizales Guédez, el Padre de la Salud Ocupacional en sus clases magistrales en la Cátedra de Medicina del Trabajo de la UCV: “los contaminantes del ambiente, antes de llegar al aire, a los suelos y a los cuerpos de agua, primero pasaron por los pulmones, los riñones y la sangre de los trabajadores”, a lo que hay que agregar: sean industriales, agrícolas, etc.
De tal manera que esta propuesta de NN.UU. debería, por lo menos contener a todas estas siglas OMS-OIT-FAO-OIE, y por supuesto convertirse en algo más que una sopa de letras, haciendo que en cada país todas las instancias que tienen que ver con la variable salud interactúen con una sola programación, cada una desarrollando su especificidad, pero con la misma meta, la salud de la especia humana, la salud de la especie animal y la salud de la especie vegetal.
Esto en Venezuela, se traduciría en una Coordinación del MMPP para la Salud, el MPP para el Ecosocialismo, el MPP para la Alimentación, el MPP para Agricultura y Tierras, y el MPP para el Proceso Social del Trabajo, con su representación del INPSASEL.
ANTECEDENTES
La historia de la especie humana está vinculada a la interacción con todo tipo de microorganismo, en un principio por la caza y la recolección de frutas y semillas, luego por el ingreso y asentamiento de los colectivos humanos en espacios vegetales donde están presentes en una variedad infinita de animales, desde insectos hasta mamíferos, para vivir, cultivar, criar animales, etc. y por el mismo hecho de la convivencia y consumo de animales.
El crecimiento de la especie humana de unos pocos individuos a los casi 8 mil millones de seres que actualmente pueblan el planeta, no solo nos ha expuesto a toda suerte de patógenos conocidos y nos expondrá a cientos de miles más por conocer, sino que ha conllevado una destrucción de la naturaleza, a la incorporación a la atmósfera de gases de efecto invernadero unos, y destructores de la capa de ozono otros, y consecuentemente al calentamiento global, la acidificación de los mares, la pérdida de los suelos, el agotamiento de los nutrientes, siendo el fósforo el caso más alarmante, y a otra serie de situaciones, como cambio climático, y en general, a una crisis planetaria que amenaza con una nueva extinción de las especies, entre ellas la nuestra.
Para entender mejor este asunto, les invito a revisar el texto de Harper (2017) donde explica la relación de la caída del Imperio Romano con el cambio climático y las enfermedades, como las pandemias por peste. Igualmente, podemos ver textos que nos hablan de la alta velocidad de la disminución de la biodiversidad como el preparado por el Convenio de Diversidad Biológica (2017), del cual Venezuela es signataria, así como el trabajo del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWW, por sus siglas en inglés) del año 2020, donde se hace una serie de propuestas para revertir la tendencia de la desaparición de las especies, que de no hacerse nos pasará factura como especie humana.
Omaña (2021) escribió que Programa de Naciones Unidades para el Medio Ambiente (PNUMA) llamó en el año 2020 a “Prevenir la próxima pandemia” con un informe elaborado a partir de las conclusiones de un comité integrado por funcionarios de las agencias de Naciones Unidad para salud humana y animal, OMS y OIE respectivamente, y alimentación, FAO. En ese informe se reconoce que es de origen animal del 60% de las infecciones conocidas y del 75% de las nuevas y emergentes, por lo que están planteando acciones para prevenir los brotes y pandemias de zoonosis que sin duda alguna están por venir, ante el cúmulo de nichos de animales en encierro por todo el planeta que están próximos a alcanzar la alarmante cifra de 80 mil millones, por lo que se dice que si nos volviéramos todos y todas vegetarianos, podemos alimentar a no menos de 80 mil millones de seres humanos . Es de recordar que en las dos últimas décadas hemos visto las pandemias de la gripe porcina, la fiebre aviar, las vacas locas, el ébola, de allí la preocupación por los que nos depara el futuro si no se hacen los diagnósticos adecuados y se toman las decisiones apropiadas.
Gortazar y García (2022) afirman que “…Las interacciones entre especies animales, el medio ambiente y el ser humano determinan el mantenimiento y difusión de patógenos como virus, bacterias, hongos y parásitos… Factores antropogénicos como los cambios en el uso del suelo, la globalización del comercio, las migraciones humanas y la presión sobre el medio natural, acelerados con la crisis global, tienen un efecto directo en la distribución y abundancia de las poblaciones animales. Esto afecta a la presencia y riesgo de emergencia de patógenos compartidos. Además, tiene consecuencias sobre la conservación de la biodiversidad y sobre la salud humana y animal…“
Estos autores señalan ejemplos muy actuales como los declives de las colonias de cría de distintas aves en lo que va de este año producto de la influenza aviar, así como la pandemia de la quitridiomicosis, generada por un hongo que está amenazando con extinción a no menos del 40% de los anfibios, y acá es digno recordar que Venezuela es uno de los pocos países que cuentan entre sus especies con gran variedad de anfibios, que la llevan a estar en los 10 primeros lugares de países megadiversos del mundo.
Para Gortazar y García (2022) son los mamíferos silvestres los más afectados, habiéndose conocido no menos de 25 eventos de emergencia con mamíferos en la península ibérica, siendo que el 72% de estos eventos han ocurrido en los últimos 30 años.
Desde la perspectiva de nosotras y nosotros, que hacemos vida en todo lo que tiene que ver con la eliminación de las condiciones y ambientes de trabajo inseguros e insalubres, sistemas organizaciones que no respetan la condición humana, a partir de la educación tanto de la población trabajadora como de empleadores y empleadoras, sean del sector público y privado, hay una serie de consideraciones en este tema, porque los paradigmas dominantes nos han encerrado en el tubito del “riesgo”, y no terminamos de entender que el problema va más allá del riesgo y del peligro que lo genera.
Por eso no se toma en cuenta en la gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo el tema del ambiente, salvo para celebrar el día del árbol, el día de las playas, etc. pedir un permiso al ministerio correspondiente para cometer algún ecocidio, y a veces propugnamos las 3R: reducir, reusar y reciclar. He conversado con colegas que opinan que para cambiar las cosas hay que modificar la LOPCYMAT, cuando lo que se demanda es la interacción que abrió esta nota, UNA SOLA SALUD, ONE HEALTH.
UNA SOLA SALUD, ONE HEALTH
Esta iniciativa tomó forma a principios del año 2000, cuando aún no se conocía la dimensión que finalmente alcanzaría la pandemia de la Covid-19 diecinueve años más tarde, pero nace ante el conjunto de zoonosis que desde el siglo pasado se viene presentado como la porcina y la aviar, así que el concepto UNA SOLA SALUD, ONE HEALTH nació para abordar los riesgos para la Salud Pública en el marco de la globalización y el cambio climático.
En el 2021, la OMS anunció la conformación de un Cuadro Internacional de expertos para abordar la aparición y la propagación de enfermedades zoonóticas, algo más modesto que el Panel Gubernamental para el Cambio Climático, pero en la dirección de la salud, así lo ve este escribidor. Este Cuadro Internacional, conformado por diversas organizaciones, asesorará a la FAO, a la OIE, al PNUMA y a la OMS, en la elaboración de un plan de acción mundial a largo plazo para evitar brotes de enfermedades como la gripe aviar H5N1, el MERS, el ébola, el zika y, posiblemente, la COVID-19.
Uno lee esos propósitos de la burocracia internacional y lo primero que se le viene a la mente es que debió pasar casi dos décadas y haberse dado la pandemia que nos azota desde finales de 2019, para que estos organismos, que pertenecen todos a Naciones Unidas, rescataran la iniciativa de una sola salud, que en mi caso la estimo incompleta, por lo que ya escribí arriba, ante la ausencia de la salud y seguridad laboral.
Los expertos que han sido designados para integrar este Cuadro Internacional analizaran el estado de las investigaciones de transmisiones de enfermedades desde las especies animales a los seres humanos y viceversa, elaborando propuestas para prepararse para las pandemias que están por venir.
Igualmente estos expertos analizaran los estudios del impacto de la actividad antropogénica en la naturaleza y sus ecosistemas, entre ellos los ocasionados por la producción y distribución de alimentos, donde destacan sin duda alguna la ganadería, los procesos de urbanización y ocupación de los territorios que desplazan a la fauna silvestre y rompen las barreras naturales que retienen a muchos microorganismos patógenos, la velocidad de intercambio de comercio y el transporte transcontinental, así como todo tipo de actividad humana que está conduciendo a la pérdida de los suelos y de la diversidad biológica y al cambio climático, con su factor disparador, el calentamiento global.
La otra reflexión y con ella cierro, es que ojalá no tengamos que esperar a que el Destino nos alcance*, es decir, esperar que pasen 20 años más para que este Cuadro de Expertos sea escuchado como debe ser, y no se repita la situación que hemos vivido con el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, que es ahora, en años recientes, que sus informes son difundidos y analizados por los medios de comunicación, y la academia y por amplios sectores de la población en general.
eor
* Cuando el destino nos alcance ( Soylent Green) es una película de 1973 que recrea a la ciudad de Nueva York y sus hacinados 40 millones de habitantes en el año 2022, quienes viven en un estado de completa depauperación, que sólo tienen como alimento, el Soylent Green, que al final del film el personaje principal descubre que no era ni más ni menos que el producto de reciclar a las personas que se iban muriendo. Descargable de youtube.
REFERENCIAS
Bellamy Foster, J. (2000). La Ecología de Marx. Ed. Intervención Cultural/El Viejo Topo. España
CDB (2010) “Perspectiva Mundial sobre Biodiversidad”. Convenio sobre Diversidad Biológica, ONU, Montreal
Enfoque de FAO-OIE-OMS para prevenir los brotes y pandemias de zoonosis que están por venir: “Una sola salud”.
Gortazar, C. & García, I. (2022). Las enfermedades emergentes que amenazan la fauna silvestre. Disponible en https://theconversation.com/las-enfermedades-emergentes-que-amenazan-la-fauna-silvestre-188672
Harper, K. (2017). The fate of Roma. Climate, disease & the end of an impire. Princeton University Press; New Jersey
OIT (2002). Dos millones de muertes por accidentes laborales cada año. Disponible en http://www.ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/news/WCMS_071435/lang-es/index.htm
Omaña, E. (2021). Trabajo, naturaleza y pandemia. Disponible en https://naturaytrabajo.blogspot.com/2021/03/trabajo-naturaleza-y-pandemia.html#comments
OMS (2022). Comunicado de prensa: Nuevo cuadro internacional de expertos para abordar la aparición y la propagación de enfermedades zoonóticas. Disponible en https://www.who.int/es/news/item/20-05-2021-new-international-expert-panel-to-address-the-emergence-and-spread-of-zoonotic-diseases
PNUMA-NNUU (2020). Prevenir la próxima pandemia – Zoonosis: cómo romper la cadena de transmisión. Disponible en http://unenvironmet.org/es/resources/report/preventing_future_zoonotic
WWF (2020). Informe Planeta Vivo 2020. Revertir la curva de la pérdida de biodiversidad. Disponible en https://wwf.es/informate/biblioteca/_wwf/?55320/informe-Planeta-Vivo-2020
Excelente, sensible y crítica reflexión...La vida y existente humana, soslayadas y fragmentadas por organismos que las mencionan como "derecho fundamental. Selectivas intervenciones?
ResponderBorrar