MORTALIDAD POR ENFERMEDADES OCUPACIONALES. LA CORTINA SE CAE

por Eric Omaña




 Introducción

En un artículo de este blog que titulamos “La otra pandemia ocultada” de junio de 2021, hacíamos un ejercicio para estimar cuál podría ser la mortalidad por enfermedades ocupacionales en estas tierras, un dato que muy pocos países llevan, pero que en algunos se hacen estimaciones a partir de las fatalidades por accidentes de trabajo, lo cual nos hace la cuestión más cuesta arriba, dado que en Venezuela, aunque es de obligatoria denuncia este tipo de accidentes ante el INPSASEL, esta institución se acerca a los 10 años, una década, sin emitir un numerito.

Pero cuando uno no hace el trabajo epidemiológico, otros si lo hacen, y es el caso de la más reciente publicación del Boletín de la Organización Mundial de la Salud (OMS), donde casi una treintena de investigadores exponen un trabajo corporativo que llevó a la OMS y a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a establecer un indicador definitivo sobre lo que son las fatalidades por enfermedades del trabajo, relacionadas con tantos ataques cardíacos, accidentes cardiovasculares, canceres, afecciones respiratorias, etc. que tienen sin duda su origen en las condiciones y ambientes de trabajo, pero que el paradigma dominante no las toma en cuenta.

Gracias a trabajos anteriores de OIT, como el de Hämäläinen (2017) y Takala (2014), se estima que cada año fallecen por enfermedad ocupacional, seis (6) trabajadores por cada uno (1) que muere por accidente de trabajo. Valores que sabemos cambian por tipo de país, ya que no es lo mismo laborar en una empresa de Europa, por ejemplo de España, con unos sindicatos comprometidos con la salud y la vida de sus afiliados, que laborar en países donde no existen sindicatos, y si los hay, por lo general miran para otro lado en este asunto, como es el caso de Venezuela.

Pero ahora, gracias a lo publicado como “Tasa de mortalidad por enfermedades atribuibles a factores de riesgo ocupacional seleccionados. Nuevo indicador mundial de la salud de los trabajadores” se empieza a develar un tema que hasta ahora había tenido alguna circulación entre los académicos e investigadores de algunos países.

La estadística de 2016 publicitada por OIT-OMS de las fatalidades por las malas condiciones y ambientes de trabajo inseguros e insalubres a nivel mundial, indicaba que 19% de las 1.879. 890 muertes laborales registradas ese año, es decir, 363.283 casos se debieron a lesiones por accidentes, mientras que el 81%, es decir, 1.516.607 a enfermedades.

En un trabajo anterior, de 2003, la OIT, citada por Roel (2011), establecía con las evidencias que se tenían para entonces, era que a nivel mundial, del total de las fatalidades relacionadas con el trabajo, el 32% eran por cánceres ocupacionales, 26% por enfermedades circulatorias, 25% por una variedad de otras enfermedades, lo cual ya sumaba el 83% de todas las fatalidades, y que por accidentes de trabajo se adicionaba 17% restante. Como vemos, los cambios en el tiempo solo son de dígitos bajos.

Con esa data, Roel (2011), del Instituto Valenciano de Salud y Seguridad de los Trabajadores (IVASSAT) señalaba que en las cifras de la Unión Europea se recogía el fallecimiento anual de 95.000 trabajadores por cáncer profesional.

Esta data se ha venido afinando desde 2016 con los trabajos de Pega (2022) y por la incorporación a las metas establecidas por las agencias internacionales de fijar entre los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) “la salud y promover el trabajo decente para todos y todas”, allí se estableció claramente que las metas 3.9 y 8.8 de los ODS son “reducir sustancialmente el número de muertes y enfermedades por sustancias químicas peligrosas y la contaminación del aire, el agua y el suelo” y “promover entornos de trabajo seguros y protegidos para todos los trabajadores y trabajadoras”.

La 71.ª Asamblea Mundial de la Salud de los 194 Estados Miembros de la OMS, celebrada en 2018 estableció que los países debían cargar en sus estadísticas las casuísticas correspondientes a enfermedades ocupacionales, como se había hecho ya tradicional con la carga de los accidentes de trabajo. En concordancia con ello, ya en nuestro país, el INSASEL había credo un complicado protocolo para investigar y reportar las enfermedades ocupacionales, que aún espera por ser evaluado en sus fortalezas y debilidades, para mejorarlo con un trabajo colaborativo más allá del propio instituto.

Mortalidad por enfermedades ocupacionales en Venezuela

Los autores del trabajo comentado (Pega et al, 2023), usando la correlación entre la exposición a determinados peligros y condiciones de trabajo peligrosos con los riesgos de desarrollar enfermedades reconocidas y muy bien estudiadas en su asociación el trabajo, y las datas poblacionales de mayores a 15 años, distribuidas por sexo: masculino y femenino, han producido una data para la mayoría de los países del sistema de Naciones Unidas, usando el clásico indicador de la epidemiología:

MR =(D x 100.000)/WP

donde MR es la tasa de mortalidad por 100.000 individuos de la población en edad de trabajar, D es el número de muertes [enfermedad, factor de riesgo laboral, país, sexo, edad] y WP es el número de población en edad de trabajar [país, sexo, edad]. Este cálculo da como resultado final: tasa de mortalidad por 100.000 personas en edad de trabajar por enfermedades atribuibles a ocupaciones seleccionadas a factores del trabajo.

En el caso de Venezuela, esa data es la siguiente, para los cortes realizados en los años 2000, 2010 y 2016:

 

2000

2010

2016

Nº de muertes por enfermedades relacionadas con el trabajo (95% UR)    

2.581       (2.308 - 2.854)

3.000          (2.685 -  3.315)

3.328      (2.974 -3.682)

Población en edad de trabajar (miles,         ≥ 15 años)

15.973

19.934 

21.428 

Muertes por 100.000   (95% UR)                             

        16,2            (14,5 - 17,9)         15,1               (13,5 - 16,6)

 15,5         (13,9 - 17,2)

Para llegar a estos valores, (Pega et al 2023), se usaron las 21 pares de factores de riesgo y enfermedades ocupacionales, que se listan a continuación:

#

Factor de Riesgo Ocupacional

Grupo de enfermedad

1

Exposición a asbestos

Cáncer de tráquea, bronquios y pulmón                            

2

Exposición a asbestos

Cáncer 

3

Exposición a asbestos

Cáncer de laringe

4

Exposición a asbestos

Mesotelioma

5

Exposición a arsénico

Cáncer de tráquea, bronquios y pulmón                            

6

Exposición a benceno

Leucemia                            

7

Exposición a berilio

Cáncer de tráquea, bronquios y pulmón                            

8

Exposición a cadmio

Cáncer de tráquea, bronquios y pulmón           

9

Exposición a cromo

Cáncer de tráquea, bronquios y pulmón           

10

Exposición ocupacional a gases de motores    a diesel                         

Cáncer de tráquea, bronquios y pulmón           

11

Exposición a formaldehído

Cáncer Nasofaringe

12

Exposición a formaldehído

Leucemia

13

Exposición a níquel

Cáncer de tráquea, bronquios y pulmón           

14

Exposición a hidrocarburos policíclicos       aromáticos

Cáncer de tráquea, bronquios y pulmón

15

Exposición a sílice

Cáncer de tráquea, bronquios y pulmón

16

Exposición a ácido sulfúrico

Cáncer de laringe

17

Exposición a tricloroetano

Cáncer de los riñones

18

Exposición a alérgenos

Asma

19

Exposición a materiales particulados,  gases      y humos

Enfermedad pulmonar crónica obstructiva                                         

20

Exposición a largas jornadas laborales

Accidentes cardiovasculares (ACV)

21

Exposición a largas jornadas laborales

Enfermedades isquémicas (corazón)



Uno no puede sino maravillarse de los recursos de la epidemiología, cuando observa la complejidad de estas tablas y la ausencia de data en Venezuela, y se consigue con lo medular del tema, relacionado con cuanta gente trabajadora está muriendo cada año por enfermedad relacionada con el trabajo que realizan, sin saber la mayoría de la población que tal cosa está ocurriendo y que la data tiene una probabilidad del 95%, guao!

Estos valores son inferiores a la media mundial y a la media americana, considerando solo el corte de 2016, el más reciente, el Índice Global de Fatalidades por Enfermedades Relacionadas con el trabajo fue de 27,7 mientras que ese índice para todo el continente americano fue de 18,1 que comparado con el 15,5 arriba registrado para Venezuela ese año solo nos permite decir que es menor, más nada, no decir que es mejor o peor, porque en todo caso estamos hablando de gente que murió, y que ni siquiera tuvo la oportunidad de saber que lo que le mató estaba en el trabajo que hacía.

Lo que si debo destacar es que esa cifra de 3.000 fallecimientos anuales por enfermedades debido al trabajo, coincide con las aproximaciones que habíamos hecho, pero usando otras vías paralelas al trabajo de los colegas de la OIT-OMS y que de por sí, debe servir para llamar la atención inmediata de todos los actores del proceso social del trabajo, de las instituciones del Estado, de los empresarios, públicos y privados, quienes son al fin de cuenta quienes disponen de los medios para poner los medios de trabajo, los ambientes y las condiciones en línea con las normas de seguridad y salud en el trabajo.

La tarea inmediata

 Este “nuevo” indicador de mortalidad por enfermedad relacionada con el trabajo obliga al ente gestor de la Seguridad y Salud en el Trabajo de Venezuela, el INPSASEL, y a sus espejos en las empresas, es decir, los Servicios de Seguridad y Salud en el Trabajo (SSST) a dar cabal aplicación de los principios de la Vigilancia Epidemiológica Ocupacional de la que habla el citado instituto cuando se refiere a los pilares para garantizar condiciones, medios y ambientes de trabajo seguros, saludables y confortables: el propio SSST, los Comités de Seguridad y Salud Laborales (CSSL), los Delegados y Delegadas de Prevención (DDP), el Programa de Seguridad y Salud Laboral (PSSL) y la Vigilancia Epidemiológica Ocupacional (VEO).

Así en las empresas, además de publicar la estadística de accidentes de trabajo, se debe comenzar a publicar la morbilidad ocupacional con el mayor detalle posible, así frente a los gráficos, que a los efectos de carteleras hablan más que las tablas de índices de frecuencia bruta y neta, e índices de severidad por accidentes de trabajo, con las discriminaciones a las que nos han “acostumbrado” como accidentes por días de semana, por edad y sexo de los afectados, por la parte del cuerpo involucrada, por el tipo de material relacionado con el accidente, etc. deben empezar a verse en las carteleras las curvas de morbilidad y de prevalencia de las enfermedades de los trabajadores y trabajadoras.

Morbilidad que habrá que presentar igualmente por área de trabajo, edad, sexo y sobre todo, por ocupación. Recientemente visité una empresa donde prevalece el concepto de “confort” de clima, por la temperatura exterior que en nuestro trópico suele ser alta y con la humedad se potencia en su efecto, usándose para lograr tal confort unidades Split tanto en oficinas como en laboratorios, donde se emplean diversas sustancias químicas.

El médico de la empresa había advertido que el personal del edificio que visitamos presenta más afectaciones de tipo respiratorio que la zona de producción e incluso que en otra área donde se maneja el concepto de confort de clima, pero usando unidades integrales de aire acondicionada. Nuestro colega prevencionista no hallaba la explicación ante tal diferencia, cosa que advertí de entrada, sin saber aún la morbilidad de la empresa.

Cuando se usan los Split para enfriar el aire de un ambiente, no se introduce aire fresco al ambiente. A esas unidades sólo llega agua fría y retorna caliente, haciendo lo que hace toda unidad de aire acondicionado, quitarle calor al aire del ambiente. La norma sanitaria vigente en Venezuela desde hace más de 50 años dice que en el acondicionamiento del aire, se puede reciclar hasta el 70% del aire, pero al menos, la unidad debe manejar un 30% de aire fresco, y eso en la mayoría de los lugares, donde se emplean las unidades Split, no se aplica. Y si eso pasa en un laboratorio donde se manipulan sustancias químicas, la cosa es peor. La mala ventilación de los diversos ambientes de la edificación es la causa, en este caso que en ese edificio haya más personas con problemas respiratorios que en otras partes de esa empresa.

En lo nacional, es de esperar que con esta recomendación, ahora emanada de la OMS-OIT, siguiendo los lineamientos de la Asamblea Mundial de Salud, que es el órgano competente de Naciones Unidas (NN.UU.), las instancias nacionales, el INPSASEL como órgano gestor, y el Ministerio del Poder Popular para el Trabajo como órgano rector de la SST en Venezuela, dicten al menos una Resolución para que este nuevo índice y los que son concomitantes se empiecen a publicar, y que sobre todo se lleve el control real de toda esa población hipertensa que tanto abunda en esta zona planetaria que recibe más radiación solar que la de otras partes del planeta, así como todas esas variables que lleva a una parte de la población trabajadora a morir por un infarto del corazón, por un ACV, una afectación respiratoria e incluso de cáncer.

Toda esta situación viene a ampliar el campo de aplicación de los artículos 130 y 131 de la LOPCYMAT, y para que la cosa no se complique por ese motivo, ya que bastantes problemas judiciales convoca a empresarios y trabajadores los accidentes de trabajo, tanto el INPSASEL, como sus espejos en las empresa, los SSST, deben caminar en la dirección del mayor cumplimiento de la normativa en materia de seguridad e higiene del trabajo, porque valga la redundancia, todo accidente o enfermedad relacionada con el trabajo en esta circunstancia, es decir, acaecida en un marco de violación de la normativa laboral, es un delito, y como tal, la persona responsable, debe ser sancionada. Esa es una condición condicionante y determinante del Estado de derecho, de justicia y de paz.

Cierro con esa consigna que le escuché a un grupo de delegados de prevención del estado Miranda, cuando hace unos años crearon un Consejo de DDP al que le pusieron el nombre de Emigdio Cañizales Guédez: “No más muertes por el trabajo”.

 Referencias

Hämäläinen, P.; Takala, J.; Boon Kiat, T. 2017. Global Estimates of Occupational Accidents and Workrelated Illnesses 2017 (XXI Congreso Mundial de Seguridad y Salud en el Trabajo, Singapur, Workplace Safety and Health Institute.

Omaña, E. (2021). La otra pandemia ocultada. Revista El Vitral de la Ciencia, Vol. 1, Número 4 pp 38-43. Mayo 2021. https://drive.google.com/file/d/1lwa4vi6_LdtJIvWfhLf98SvYb0jGaJzL/view

Pega F, Al-Emam R, Cao B, Davis C, Edwards S, Gagliardi D, Gastal A, Hassan M, Hosseinpoor H, Lavicoli S, Jandaghi J, Jarosinska D, Kgalamono S, Khaleghy M, Khodabakshi M, Li X, Marinaccio A, Mbayo G, Rowshani Z, Sanabria N, Sidwell-Wilson K, Solar O, Streicher K, Sun X, Taghizadeh R, Yadegari M, Zhang S, Zungul M & Momen N. Tasa de mortalidad por enfermedades atribuibles a factores de riesgo ocupacional seleccionados. Nuevo indicador mundial de la salud de los trabajadores. Bull World Health Organ 2023;101:418–430Q| doi: http://dx.doi.org/10.2471/BLT.23.289703

Pega F, Hamzaoui H, Náfrádi B, Momen NC. (2022) Global, regional and national burden of disease attributable to 19 selected occupational risk factors for 183 countries, 2000-2016: a systematic analysis from the WHO/ILO joint estimates of the work-related burden of disease and injury. Scand J Work Environ Health. 2022 Mar 1;48(2):158–68. doi: http://dx.doi.org/10.5271/sjweh.4001 PMID: 34806754

Roel, J. (2011) Procedimiento para la investigación de enfermedades laborales. IVASST. Alicante, España. Presentación en línea. Disponible en https://invassat.gva.es/documents/161660384/161741789/Procedimientos+de+abordaje+de+la+enfermedad+profesional+como+determinante+de+salud/c0b16cac-d864-4f9e-aa3d-e5e49a2ba3c8

Takala, J.; Hämäläinen, P.; Saarela, K.; Yun, L.; Manickam, K.; Jin, T.; Heng, P.; Tjong, C.; Kheng,L.; Lim, S.; Lin, G. 2014. Global Estimates of the Burden of Injury and Illness at Work in 2012. Journal of Occupational and Environmental Hygiene, 11(5):326-337

Comentarios

  1. Excelente publicación para informar e impulsar las acciones necesarias en el país.. Un avance importante de la OMS / OIT que obliga a los entes responsables en cada país a llevar estadísticas referidas a esta materia. Mucho por hacer en nuestro país tanto en el ámbito de las empresas del Estado, como en el ámbito privado. Esperemos se implementen acciones por parte del Ministerio del Trabajo y el INPSASEL.

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