CONTAMINACIÓN MERCURIAL: CAÑO ALPARGATÓN
Por: Eric Omaña
El mercurio (Hg)
El mercurio
puede ser clasificado como un peligro químico tóxico, es decir, se trata de un
veneno, que se conoce desde hace unos 4.000 años. El nombre original del
mercurio en latín era argentum vivum,
lo que quiere decir “plata viva”, pero más tarde se tomó del griego hydrargyos,
“plata líquida”, para terminar en hydrargyum, por lo que la enfermedad laboral
asociada a la exposición a esta sustancia se le conoce como hidrargirismo.
Mercurio es un planeta pero también es el mensajero de los dioses.
El efecto
sobre la salud se conoce desde la antigüedad, por ejemplo, Hipócrates lo
describió entre los mineros y artesanos, siglos más tarde Plinio El Viejo hizo
otro tanto, y en el siglo XV también Galeno describió esos efectos en las
profesiones de mineros, fundidores y artesanos de los metales, según Ladou &
Harrison (2014).
Este metal
se obtiene de una roca denominada cinabrio, de la cual se puede obtener hasta
50 gramos de Hg por cada tonelada de roca. Entre sus características llama la atención
que es un verdadero metal líquido, como lo llamaron los griegos, su forma
sólida la alcanza a -33°C, de tal manera
que se está evaporando a las temperaturas en que vivimos los humanos, de hecho
la tasa de evaporación aumenta con el aumento de la temperatura.
Tiene innumerables
usos: en la fabricación de electrónicos, luces fluorescentes y en la producción
de soda cáustica y cloro, en la industria del plástico, pinturas y en la
industria química en general. En muchos países su uso en los termómetros
médicos ha sido desplazado, por las aplicaciones digitalizadas.
Liberado al ambiente, que se hace como desecho, enfrenta la posibilidad de escalar su efecto, ya que una de sus posibilidades es la especie denominada metilmercurio ((CH3)2Hg), que se forma a partir de la especie metálica por la acción de bacterias anaerobias que habitan en los lodos de los fondos de los cuerpos de agua, en un proceso llamado biometilación, que es de por sí, bien interesante, porque las bacterias hacen de una especie metálica, una especie orgánica, y ahí comienza el problema, al incorporarse este metal en las cadenas tróficas que concluyen en los humanos.
Si los
vapores del mercurio son un peligro para la vida, el metilmercurio no lo es
menos, ya que es capaz de almacenarse en la grasa y traspasar las membradas uterinas y contaminar las
futuras gentes, como sucedió en el caso de Minamata, en Japón.
Caso Minamata
El nombre
del caso se deriva de la bahía de Minamata, donde una ciudad costera de la
Prefectura de Kumamoto de Japón, lleva ese mismo nombre, Minamata. Allí operó
desde 1932 hasta 1968 la empresa Chisso, la misma que es la operadora de
Fukushima, donde un tsunami estuvo a punto de generar el fin del mundo, al
menos para la especie humana, a consecuencia del invierno nuclear, como lo
señalamos en otro artículo de este blog.
Se estima
que no menos de 27 toneladas de compuestos mercuriales fueron descargados
libremente a la bahía, que al llegar al fondo marino activó la biometilación de
la que hablamos arriba, y al contrario de Golfo Triste en Venezuela, que es una
línea costera abierta, en Japón se trata de una entrada natural de mar en la costa,
de extensión considerable que hace que la fauna allí tenga menos oportunidad y necesidad de
moverse que en costa abierta, dado las características del ecosistema.
Resultado de
esa descarga, sin ningún control a las aguas de la Bahía de Minamata, se estima
que unas 2.500 personas empezaron a
sufrir de un desorden neurotóxico que se ha dado en llamar la “Epidemia
de Minamata”, cuyos síntomas eran y son, alteración sensorial en manos y pies,
deterioro de los sentidos de la vista y el oído, degeneraciones del sistema
nervioso, descoordinación en el movimiento de las partes del cuerpo, debilidad,
movimientos involuntarios, desmayos, ceguera, y en casos extremos, parálisis y
hasta la muerte, todos relacionados con el metilmercurio, que se incorporó en
la cadena trófica y llegó a la fauna marina.
Los primeros
indicios de lo que estaba pasando lo dieron los gatos, por sus comportamientos
anormales, que mucha gente asoció a la ingesta de pescado y de mariscos, lo que
no sospecharon en ese principio es que igual sucedería con los humanos.
Hacia 1958,
la Chisso Corporation desvió las descargas hacia un río que llega a otra parte
del mar, lejos de la bahía en cuestión, pero las observaciones de los problemas
de salud se dieron al igual que en Minamata. En 1959, los investigadores de la
Universidad de Kumamoto, experimentando con gatos determinaron que el mercurio,
utilizado en la producción de acetilaldehídos era la causa del problema.
Según
Yaccuzzi (2008), el fin de las descargas contaminantes de Chisso a la bahía fue
el resultado de cambios en el proceso tecnológico, que no requerían más del
mercurio, el capital logró lo que la ley, la presión de la opinión pública y
las restricciones judiciales no pudieron lograr. Eso fue en 1968. La Prefectura
de Kumamoto, para salvar su imagen, prohibió la pesca en la bahía, más no el
consumo de pescados y mariscos que se hizo en 1997.
El mercurio en Venezuela
El mercurio
o azogue se conoce en América con la llegada de los saqueadores de los Reinos
de España, Portugal e Inglaterra. Existen pinturas del siglo XVI, donde se aprecian mulas acarreando azogue para
las minas de oro del Potosí, dado la aleación que forman el mercurio y el oro,
que luego es rota a fuego vivo. En nuestro país, dado que no estaba el oro en
la facilidad como se encontró en México, Colombia, Perú y Bolivia, no llegó esa
“plata líquida”.
Va a ser a
finales del siglo XIX, cuando relacionado con nuestro conflicto con Gran
Bretaña, comienza la explotación del oro, en minas en la zona de Tumeremo,
Guasipati y El Callao. Fue tan intensa la explotación que hasta una escuela de
minería tuvimos y es en esa época cuando se dio la incursión de Inglaterra al
territorio venezolano, dirigido por el Jefe de la Policía Inglesa en la llamada
Guyana Británica, rechazada por el General Domingo Antonio Sifontes Velásquez,
a la sazón autoridad de Tumeremo, quien al frente de una pequeña tropa derrotó
y detuvo a los invasores, e incluso llevó detenido al jefe de los ingleses
hasta Ciudad Bolívar. Sifontes, por amor a la lectura era llamado “El llanero
Intelectual”. Sus restos fueron recientemente llevados al Panteón Nacional. Con la explotación del oro en la región Guayana, entró el
mercurio al país.
Ya en el
siglo XX, con el crecimiento de la población venezolana y las requisitorias de
cloro para la potabilización del agua, entre otras demandas, en tiempos de
Pérez Jiménez, 1956 para más exactitud, se creó en Instituto Venezolano de
Petroquímica (IVP) para operar el Complejo Petroquímico de Morón construido en
esa época, iniciándose la producción de la a planta de cloro-soda, en cuyas celdas de separación
se empleaba mercurio líquido, que retenía la soda cáustica por un lado y por
otra, permitía retener el vapor de cloro, que escapa del proceso en forma
gaseosa. De tal manera que el mercurio irrumpe en Venezuela para algo más beneficioso que obtener oro.
Años más
tardes, a principios de la década de los 70´s del siglo pasado comenzó una
inusitada producción de oro, se rescata la Mina El Perú, en El Callao, donde
tuve mi primer contacto con la investigación de fatalidades, se trató de la
muerte de 2 obreros y 1 ingeniero, asfixiados por los gases que por años se
habían acumulado en esos socavones. En ese poblado y en sus alrededores siempre se produjo oro en
forma artesanal, pero a mediados de esa década empieza a conocerse el fenómeno
de los garimpeiros, y consuetudinariamente, el manejo ilegal del mercurio. De
eso debemos hablar en otro momento.
Caso del Caño Alpargatón
Como ya
mencionamos, en la vía Morón-Coro, se instaló el Complejo Petroquímico de
Morón, que tuvo entre 1975 y 1980 un aumento de la producción de cloro, dado
que la demanda nacional había aumentado vertiginosamente. Para 1977, se elimina el IVP y la Petroquímica
es adscrita al sector petrolero, llamándose desde entonces PEQUIVEN. En ese proceso de decide el cierre de la
Planta de Cloro-Soda ya que en la petroquímica de El Tablazo se construyó una
planta para la misma producción, ahora más ampliada, y que no usaba mercurio.
Los trabajadores fueron reubicados unos, otros cesanteados y otros jubilados.
Para 1979,
unos 200 trabajadores, quienes habían sido expuestos directamente al mercurio,
sin EPP ni EPC en la Planta, inician acciones en defensa de su salud que son
acompañadas por Dr. Miguel Mónaco, médico del Instituto Venezolano de los
Seguros Sociales (IVSS) en Morón. El asunto llegó a Caracas, y se conformó una
Comisión multidisciplinaria que me tocó coordinar, con funcionarios del Programa
de Higiene Ocupacional del Ministerio de Salud, Programa que yo dirigía para
entonces, del Ministerio del Trabajo y del IVSS.
La Comisión
no pudo hacer un estudio exhaustivo del caso en planta porque luego de haber iniciado
el trabajo, llegó el Presidente de la empresa, quien luego ocuparía los más
altos cargos de la vieja PDVSA, la meritocrática, y nos pidió amablemente, pero
con firmeza que desalojáramos la empresa y prohibió a sus subalternos
suministrarnos cualquier tipo de información. Recuerdo que llamé a mi jefe en
Caracas, para pedir autorización para allanar la empresa con la Guardia Nacional,
que era una cuestión establecida en la antigua Ley de Sanidad Nacional, por
supuesto mi jefe ni consultó eso con el Ministro y me ordenaron volver a
Caracas con toda la Comisión.
No obstante
lo anterior yo había ido directamente a la planta, visité lo que quedaba de
ella, se parecía a un castillo draculesco, y era tal la cantidad de mercurio
derramado que en los alrededores de la planta, hurgaba en la tierra con un
lapiz y encontraba mercurio a flor de piel, como se dice. Luego de esto, una Comisión del Ministerio del
Ambiente tomó muestras de las aguas del caño pero nunca tuvieron la decencia de
intercambiar información, todo era un secreto.
Omaña (2007)
indica que lo que sí se supo, fue que esta Comisión estimó en 15 toneladas la
cantidad de compuestos mercuriales que la planta había arrojado, durante sus veinte años de funcionamiento al
Caño Alpargatón, el cual durante la época de lluvias descarga al mar y que
estudios realizados por diversos investigadores, en esos años, de la Universidad
de Carabobo, determinaron concentraciones de mercurio en peces que sobrepasaban
los niveles propuestos por la OMS. En todo caso alrededor del tema hubo mucha
especulación, llegando a estar en el verbo popular, que los cocos de Golfo
Triste tenían mercurio, algo que nunca se demostró.
Suárez (1979)
en artículo publicado por el diario El Regional, hizo referencia a la
contaminación mercurial ocurrida en el Caño el Alpargatón en Morón, estado
Carabobo, debido a una planta de cloro soda que allí funcionaba, que vertía el
mercurio hacia el "alcantarillado" y de allí a la franja costera que se extiende
desde Morón hasta el Parque Nacional Morrocoy, algo alarmista, pero posible.
Más recientemente,
Jennifer Smith y colaboradores (2017), hicieron medición de las concentraciones
de mercurio en aguas, sedimentos, plancton y peces del Caño Alpargatón y en la
zona marino-costero de Golfo Triste. Las concentraciones de mercurio total en
aguas estuvieron valores inferiores al límite permisible ambiental para agua
potable, lo cual era de esperarse porque como dijo el filósofo griego
Heráclito, nadie se baña dos veces en el mismo río, aludiendo al movimiento de
las aguas.
Pero en
sedimentos se encontraron concentraciones entre 14,5 y 453,5 µg Hg kg-1 porque
el lecho de los caños, ríos y quebradas no tiene la movilidad del agua, y pesa
a que ha pasado varias décadas desde que la Planta de Cloro-Soda hacía sus
descargas al Caño Alpargatón, el metilmercurio presentó las mayores
concentraciones de las especies del mercurio en la sedimentos de zona litoral,
en los puntos cercanos a la descarga del Caño Alpargatón, encontrándose altas
concentraciones de esta especie, mientras que en las muestras de peces las
concentraciones de estuvieron en niveles inferiores a los límites permisibles para el consumo humano.
Marrero, S.
et al. (2011) realizaron evaluaciones de mercurio urinario de 100 residentes de
la comunidad Boca de Yaracuy (zona costera del estado Carabobo-Venezuela) así
como los niveles mercuriales encontrados en pescado, agua y sedimento
provenientes del Caño Alpargatón. Las muestras fueron muy pequeñas y no
determinaron metilmercurio en los sedimentos, por eso, además de concluir que la
media de los niveles de mercurio en la orina de los individuos analizados eran
inferiores al límite que establece la Agencia de EE.UU. para sustancias tóxicas
y registro de enfermedades, y se determinó ausencia de contaminación ambiental
por mercurio, explicitan que requieren de nuevas investigaciones, que abarquen
un mayor número de elementos que faciliten un mejor abordaje de la
contaminación mercurial.
Por su parte,
los trabajadores expuestos en general, fueron colocados por el IVSS en la
figura de reposo casi infinito, pocos intentaron demandas, pero sin ningún
éxito hasta que llegamos a la Quinta República, y así, por instrucciones del
Presidente Hugo Chávez, el 16 de febrero de 2006 y a través de una resolución
conjunta entre el Ministerio de Energía y Petróleo (MENPET) y el Ministerio del
Trabajo, se entregaron Bs. 13 millardos 508 millones a 228 ex trabajadores y
familiares de fallecidos del otrora Instituto Venezolano de Petroquímica (IVP),
quienes laboraron desde el año 1956 y hasta 1976 en la planta de cloro soda y
resultaron contaminados con mercurio.
Adicionalmente,
la resolución conjunta estableció la entrega a cada trabajador de una pensión
vitalicia por vejez a partir del primero de enero conforme a lo previsto en la
Ley del Seguro Social, la cual fue equivalente al salario mínimo decretado por
el Ejecutivo Nacional.
Reflexión final
En todos los
postgrados estamos estudiando lo que pasó en Minamata, lo que pasó en otros
países, y eso es bueno, pero casos como el Caño Alpargartón, en el estado
Carabobo, y Caño Mánamo, este último también ubicable en este blog, deben ser estudiados a
profundidad, para hacer nuestra propia historia de la seguridad y salud en el
trabajo, y el ambiente, que como indican las notas mencionadas, tienen estrecho
vasos comunicantes, como acostumbraba decir el Maestro mayor en sus clases,
Emigdio Cañizales Guédez, él les decía a sus estudiantes del 5 año de Medicina en
la UCV, palabras más, palabras menos, que los contaminantes de los ríos, aires
y suelos, primero pasaron por los pulmones, el hígado, los riñones y demás órganos del
cuerpo de los trabajadores, por eso la prevención del trabajo es doblemente
importante, por la salud y vida de quien trabajo, y por la vida de la madre
naturaleza, a la que todos los seres vivos nos debemos.
Referencias
Ladou,
J. & Harrison, R. (2014). Medicina Ocupacional y Ambiental. Disponible en https://pdfcoffee.com/qdownload/joseph-ladou-robert-harrison-current-medicina-ocupacional-y-ambiental-2014-mcgraw-hill-3-pdf-free.html
Marrero, S. et al. (2011). Exposición ambiental al mercurio y
valores en orina de los habitantes de la comunidad Boca de Yaracuy, ubicada en
la costa centro-norte de Venezuela. Gac
Méd Caracas. 119(4):315-320. Disponible en https://www.researchgate.net/publication/286611916_Environmental_exposure_to_mercury_and_urinary_values_of_the_inhabitants_of_the_Boca_de_Yaracuy_community_located_in_the_north_central_coast_of_Venezuela
Omaña, E. (2007). Módulo de Seguridad, Salud y Ambiente.
Postgrados de Higiene Ocupacional y Seguridad Industrial. Universidad
Bolivariana de Venezuela. Mimeografiado.
Omaña, E. En el 2011 la Tierra estuvo al borde de un invierno
nuclear. Disponible en https://naturaytrabajo.blogspot.com/2021/03/hace-10-anos-estuvimos-punto-del.html
Paülo, A. (2006). Evolución
histórica de la minería venezolana desde la precolonia hasta nuestros días, en Conference:
I Congreso Internacional de minería y metalurgia en el contexto de la Historia
de la humanidad: pasado, presente y futuro. Disponible en https://www.researchgate.net/publication/303594426_Evolucion_historica_de_la_mineria_venezolana_desde_la_precolonia_hasta_nuestros_dias
Smith, J. & et al. (2017). Especiación de mercurio en el
Caño Alpargatón y en las zonas marino-costero del Golfo Triste (Venezuela).
Revista Ciencias de la Salud. Vol. 2, Año 2017, No 3 (17-36). Disponible en https://revistas.utm.edu.ec/index.php/Basedelaciencia/article/view/1031/1079
Suarez J. “La bomba,
artículo ecológico del Alpargatón”. El Regional, 1979, Vol. 25: p. 311.
Yacuzzi, E. (2008) : Chisso Corporation y la enfermedad de Minamata,
Serie Documentos de Trabajo, No. 391, Universidad del Centro de Estudios Macroeconómicos
de Argentina (UCEMA), Buenos Aires. Disponible en https://www.econstor.eu/bitstream/10419/84396/1/595683878.pdf
Excelente artículo y con un contenido científico, técnico, histórico, político. Es decir integral que contribuye a la formación de la conciencia de la clase trabajadora en general. Saludos
ResponderBorrarDe acuerdo
BorrarProfesor permitame compartir este documento con alumnos de la UNEFA, Ing. Petroquìmica (7º Semestre.
ResponderBorrarAdelante colega, honor que me hace.
BorrarExcelente artículo. Contiene valiosa información sobre un tema delicado y muy poco difundido. Los antecedentes en Venezuela y su análisis son de gran valor documental en materia ambiental, de seguridad laboral e higiene ocupacional.
ResponderBorrarQue afortunada es Venezuela con un profesional de la talla de Eric. Me parece excelente su plnteo. Vale comenzzar por casa para ver problemas que si temas. Mis felicitaciones
ResponderBorrarMuy buen artículo Profesor, gracias por aportar información de un tema bastante delicado y también por permitir aprender más sobre mi país
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