GESTIÓN DE SST EN LA UCV: UNA VISIÓN PARA REFORMULAR LA NORMA DE LA SSST

 

Una apretada síntesis de 35 años de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo (SS&T) en la Universidad Central de Venezuela (UCV)

Por Eric Omaña, Ramón Urbáez, Carlos Rangel y Félix Flores 

INTRODUCCIÓN

            En estos momentos, en los cuales el INPSASEL está sometiendo a discusión la norma técnica sobre los Servicios de Seguridad y Salud en el Trabajo, a la cual ya le hemos hecho propuestas en este blog (ver https://naturaytrabajo.blogspot.com/2023/11/servicios-de-seguridad-y-salud-en-el.html), vale la pena revisar cómo ha sido  la Gestión de la SST en la cuna de la propuesta de la LOPCYMAT, ya que fue en la Cátedra de Medicina del Trabajo en la UCV de donde nació la idea de unir en una sola institución, los servicios que en esta materia disponía el Estado venezolano en el IVSS y en los Ministerios de Salud, Trabajo, Fomento y Minas. El creador de la Ley, Emigdio Cañizales Guédez, fue también, previamente, el creador de la citada Cátedra con otros médicos a quienes siempre rendimos tributo, como José Rafael Felice, Amilkar Torrealba y Carlos Riobueno.

 ANTECEDENTES

Sin duda alguna el primer antecedente que se debe comentar sobre la que ha sido la Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo en la UCV fue la creación del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de la UCV, el 10 de marzo de 1960 por el Rector Magnífico, Francisco De Venanzi, que nació con la idea de ayudar a combatir los incendios recurrentes en el Waraira Repano, pero que al crear una sección de prevención, empezó a levantar informes de las condiciones inseguras e insalubres en Ciudad Universitaria (Lafee 2002).

En aquella época, y sigue siendo igual, los sindicatos o la gran mayoría de ellos no tenían en su agenda los temas de SST, y los de la UCV no eran diferentes, de tal modo que no se tiene ningún registro de luchas por la salud y la vida en el trabajo hasta casi finales de esa década.

Comenta Romero Veloz (2004) que el primer acontecimiento relacionado con la defensa de la salud y la vida en el trabajo, que se haya registrado, sucedió en mayo de 1968, en el Jardín Botánico, cuando a los trabajadores se les quiso obligar a limpiar la laguna artificial sin los equipos de protección adecuados, por lo cual paralizaron sus labores hasta que la Universidad suministro dichos equipos. A la sazón era Jesús María Bianco el Rector.

Otra acción que debe mencionarse en el inicio de esta historia, nos las indica Romero Veloz, se trató de la muerte de un trabajador a manos del hampa, que generó, como debe ser una gran indignación, en abril de 1969. Siguiendo a este autor, en marzo de 1971, la entonces Dirección de Malariología y Saneamiento Ambiental del Ministerio de Salud, conjuntamente con la Dirección de Servicios Generales desarrolló un curso sobre control de insectos y roedores donde salieron  relucir otros problemas, que dieron a entender que debía tener la universidad, una instancia para mejorar las condiciones ambientales.

Hacia 1972 se conforma un grupo de acción que se denominó Chocolate, donde participaba Romero Veloz y contaba con el apoyo de profesores “progresistas”, para esa época, como Carlos Blanco. En eso tiempos los trabajadores lograron que en la UCV no se siguiera usando plaguicidas clorados, sino organofosforados de baja toxicidad, superando el criterio tecnocrático del personal supervisor. También se vieron muy afectados en mayo de 1973, cuando producto de los disturbios, la quema de un transporte de carnes, frente a la Carpintería, causó la muerte de un trabajador en cuyo honor se llama la Escuela de los hijos de los empleados, Pedro Bautista Toro.

Al exterior de la UCV, Emigdio Cañizales Guédez y José Rafael Felice, los  grandes padres de la Medicina del Trabajo y la Salud Ocupacional en Venezuela, habían logrado un pronunciamiento de la Sociedad Venezolana de Salud Pública para que las dependencias gubernamentales que tenían que ver con Seguridad y Salud en el Trabajo fueran unificadas en una sola instancia, pero por sus acciones gremiales y de solidaridad con los trabajadores de varias partes del país, fueron retirados sus servicios del Ministerio de Salud y crearon en la UCV a la Cátedra de Medicina del Trabajo, en la Facultad de Medicina donde se refugiaron, como explica Omaña (2022).

Como todos saben en 1977, estos profesores desarrollan el Informe de la Comisión Presidencial de Riesgos Laborales, en el cual se anexaba el proyecto de ley orgánica que luego sería la LOPCYMAT: En su cubículo de la Escuela de Medicina Razetti y en su vieja máquina Remington, Cañizales tecleó dicho informe, que era el resumen de más de un año de investigaciones de un equipo multidisciplinario en más de 70 empresas de todo el país.

Al interior de la universidad, las luchas por la SST continuaban. Cursos de formación, creación del Departamento de Higiene y Seguridad en el sindicato llamado Asociación de Empleados Administrativos (AEA), defensa del Servicio Médico de Empleados que hasta incluyó, la toma de la antigua sede de la Escuela de Enfermería y acciones por incidentes de consideración en varias Dependencias, como la Biblioteca Central, el Instituto Anatomatológico y en Agronomía. En esos años, la Central Unitaria de los Trabajadores de Venezuela (CUTV), a la cual se adscribían los sectores laborales progresistas desarrollaban formación en SST, a través de un Departamento fundado por Emigdio Cañizales, y la universidad era un espacio ideal para dichas actividades.

LA INSTITUCIONALIZACIÓN DE LA SST: CREACIÓN DE LA DAPO

Desde 1985 se habían dado los pasos para impulsar el tema de la SST en la UCV, luego de un Curso-taller sobre los instrumentos legales y prácticos para la defensa de la salud de los trabajadores auspiciados por la entonces CUTV, evento realizado en FACES con el aval del Decano Manuel Rodríguez Mena, quien dio su entusiasta apoyo. Esa actividad de formación militante por la salud y seguridad se repitió en junio de 1986, y casualmente coincidió con la promulgación de la LOPCYMAT.

Ese curso fortaleció sin duda alguna al germen del movimiento por la SST universitaria que venía activándose desde la década anterior, se integraron empleados como Noel  Salóm, administrador de la  Biblioteca Central, quien recibió todo el apoyo de su Directora Eudis Borras, Carlos Rangel, Enrique Montenegro, Pedro Romero Veloz, Marlene Pérez, Mierzan Hernández y estudiantes como Félix Flores, por los bomberos universitarios. Ese grupo recibió el apoyo entusiasta de Emigdio Cañizales Guédez, el autor de la LOPCYMAT y de la profesora Luisa Sánchez, ambos de la Cátedra de Medicina del Trabajo.

Este grupo ya había logrado que el sindicato de empleados, en esa época llamado AEA, concertara con la UCV la creación de una instancia de servicios en SST, lo cual quedó reflejado en el contrato colectivo entre la universidad y la AEA, que además debía ser dotada de recursos y estar adscrita al Vice-Rector Administrativo; para 1988, en el último año del Rector Edmundo Chirinos, este esquipo como integrante de la AEA y algunos directivos de la AEA habían logrado este avance pero no se materializó sino con el siguiente equipo rectoral. En esta primera etapa, a partir de los cursos impartidos en la materia, este grupo promotor había logrado que en varias facultades  e institutos se creara una figura similar a lo que es hoy el delegado de prevención.

Con el Rector Luis Fuenmayor Toro, ya en funciones y dando aplicación a los acuerdos entre la universidad y los gremios se designa a Erick Rodríguez Mieres, en enero de 1989, para que día 28 de febrero se constituyera el Departamento de Asistencia y Prevención Ocupacional (DAPO), nombre que se adoptó por consenso según narra Enrique Montenegro, pero además ese equipo de hombres y mujeres se incorporaron ad-honorem a trabajar con Rodríguez. Pero por alguna razón no muy clara, el médico Rodríguez Mieres, quien había cursado Medicina Aeronáutica en España y había sido Director de Medicina del Trabajo del IVSS, se alejó de la actividad.

EL SEGUNDO INICIO

El segundo inicio de la SST en la UCV se dio el 1° de abril de 1990 cuando el Rector Luis Fuenmayor, nombra al ingeniero Eric Omaña como Coordinador del Departamento de Asistencia y Prevención Ocupacional de la UCV y le aprueba un ambicioso plan de trabajo, que se puede resumir en:

1) Reubicar el Departamento, ahora reportándose a la Coordinación del Rectorado, entonces ejercido por la Dra. Lirio Camero, siguiendo el principio establecido en la Norma COVENÍN de que la instancia que vele por la seguridad y salud de los trabajadores de una empresa, en este caso de la UCV, debe reportarse a la mayor autoridad de la misma.

2) Crear los cargos para disponer de personal para desarrollar los servicios a prestar, tanto en Ciudad Universitaria como en Maracay.

3) Ubicar los recursos presupuestarios para sus actividades.

4) Facilitar la aplicación de lo contenido en la LOPCYMAT de 1986, en cuanto a crear y apoyar el Comité de Higiene y Seguridad, y el Servicio Médico de Empresa, como se llamaron esas unidades en aquella primera versión de la ley.

5) Incluir la variable ambiental, por lo que la instancia pasó a llamarse División de Ambiente, Salud y Trabajo (DAST).

6) Convertir a la DAST en la plataforma para la educación y promoción de la SST, en especial para coadyuvar la creación de postgrados en Salud Ocupacional. Por eso no es casual que Félix Flores y Enrique Montenegro estuvieran entre los primeros egresados de dichos postgrados.

Es de resaltar que el equipo que acompañó a Rodríguez en su corta gestión, siguió entregado y con la misma tenacidad acompañó al nuevo encargado de la SST en la UCV, Ingeniero Eric Omaña, al punto que Félix Flores fue incorporado a la gestión casi de inmediato y años más tarde, Carlos Rangel fue designado para encargarse de la gestión en Maracay, donde funcionan las Facultades de Agronomía y Veterinaria, a la cual están adscritas varias Estaciones Experimentales.

EL PRIMER ACTO PÚBLICO Y LA ORGANIZACIÓN.

Lo primero que se hizo, en septiembre de 1990 fue convocar a los gremios de la UCV, obreros, empleados y profesores a levantar un diagnóstico de toda la Ciudad Universitaria a través de una asamblea que fue muy atendida y donde se levantó una encuesta de las necesidades más sentidas por la gente en sus diferentes puestos de trabajo, promover la conformación del Comité de Higiene y Seguridad, que se llamó Central, para dar la idea que allí estarían la representación de la universidad y los sindicatos y promover Comités en las Facultades e Institutos.

Para la conformación del Comité Central de Higiene y Seguridad de la UCV todos los sindicatos nombraron representantes, estando por los profesores Francisco (Pancho) Iturraspe, Carlos Rangel por la AEA y Alberto Fernández del Núcleo Aragua (Maracay) por el Sindicato de Obreros, y por la UCV, Eric Omaña, adscrito al Rectorado, Mervin Ortega de la Consultoría Jurídica, quedando Félix Flores como el Técnico Asesor, siguiendo el esquema que planteaba la Norma Venezolana Covenin para su época.

Paralelamente se creó la Unidad de Medicina Ocupacional en el Servicio Médico de Empleados que dirigía la Dra. María Tamoi de Barrios,  quien siempre le dio pleno apoyo a las actividades de SST en la UCV y fue una de las instituciones de salud que primero tuvo eso que se llama la Clínica del Dolor, para atender a trabajadores y familiares que presentaban problemas de salud de carácter musculo-esquelético. 

Esa Unidad fue llevada por Gabriel Urribarri quien actualmente, ya jubilado como empleado universitario, labora en el Servicio Médico de los Profesores, de tal modo que tiene elementos para seguir haciendo medicina ocupacional, al menos en una parte importante del profesorado.

Para marzo de 1991 ingresa formalmente al Departamento Félix Flores y poco tiempo después se logró la contratación de la mecanógrafa Teresa Zambrano. En septiembre de 1991, desde el Comité tomó cuerpo la idea de tener unas jornadas de planificación estratégica, para lo cual se hizo un taller de dos días en la Estación Experimental Bajo Seco, con todos los gremios y demás personas interesadas, del cual salió un plan con sus objetivos bien claros, las fechas, las responsabilidades y la estimación de los recursos que se requerirían.

LOS RECURSOS PROPIOS, EL INTENTO EN EL CU.

            Abordar las correcciones de la gran cantidad de desviaciones, fallas, algunas incluso estructurales demandaba unos recursos económicos  que no se podía abordar con el presupuesto asignado a la gestión. La meta inmediata era colocar en todas las áreas de la universidad extintores de incendio, reclamo que venían haciendo los bachilleres del Cuerpo de Bomberos Voluntarios, seguido de sistemas de detección de incendios en los edificios más vulnerables por disponerse en ellos de laboratorios que usan sustancias químicas explosivas. Paralelamente a lo anterior, el plan establecía ir adquiriendo gabinetes o campanas de seguridad, para el importante grupo de laboratorios que en varias facultades e institutos laboran con peligros biológicos y peligros químicos muy variados.

            Para hacer eso, el Rector Fuenmayor señaló que, de los ingresos propios podrían salir los recursos para atender las necesidades de la UCV. El proyecto que se hizo, fue sometido a consideración del Consejo Universitario y aceptado por todos los decanos, sin ninguna objeción y sí, con felicitaciones por la iniciativa. Pero la realidad fue todo lo contrario, en ese momento entendimos una de las claves de sobrevivencia de la burocracia universitaria, porque al solicitarse oficialmente el traspaso del 2% de los ingresos propios de cada facultad, instituto o centro universitario a la partida creada para cubrir las intervenciones de los ambientes y procesos que así lo reclamaban, las respuestas fue la no respuesta, nadie se dio por aludido, aquella reunión en el Consejo Universitario y su respectiva Resolución nunca habían existido.

Claro fue en ese momento cuando entendimos que el monto de los recursos propios de cada facultad, instituto o centro de la UCV no los debe conocer nadie, salvo quienes lo usan, seguramente para su propio beneficio, porque cuanto si decían cuanto era su 2% inmediatamente se sabría cuánto sería el 100%.

Producto de fallar en esa vía para conseguir recursos se empezó a trabajar con proyectos de remodelación, mucho de los cuales fueron financiados por el CDCH, como fue la remoción de asbestos en varios auditorios, laboratorios y salones de la facultad de Medicina, una de las labores de acondicionamiento más importante emprendidas, por cuanto el asbesto, material cancerígeno, fue usado en la construcción de la UCV, en un tiempo en el cual esa condición del material apenas empezaba a mencionarse en la bibliografía.

Casualmente, calculando la cantidad de material a retirar, que se hizo aplicando la norma del Instituto Nacional de Seguridad y Salud de Estados Unidos (NIOSH, por sus siglas en inglés), se pudo ubicar a una licenciada en química, quien pese a tener una campana o gabinete de seguridad en su laboratorio, por prácticas incorrectas de trabajo, había desarrollado hígado graso; ella fue tratada médicamente y jubilada prematuramente, su evolución fue satisfactoria.

LAS JORNADAS UCEVISTAS DE SST Y EL POSTGRADO

Durante las gestiones de los Rectores Simón Muñoz, Trino Alcides Díaz y Giuseppe Gianneto, la Gestión logró desarrollar no menos de 11 Jornadas Ucevistas de Seguridad y Salud en el Trabajo, una nacional durante el rectorado de Luis Fuenmayor y una internacional, en colaboración con la Asociación Venezolana de Higienistas Ocupacionales, que hizo su sede en la Cátedra de Medicina del Trabajo. Es de destacar que en esas jornadas desarrolladas en Ciudad Universitaria en 9 oportunidades y 2 en Maracay, asistió no solamente personal ucevista sino también mucho público externo ávido de formación, porque además todos los ponentes fueron extraordinarios, donde incluso figuraron charlistas internacionales que se encontraban en esos momentos en Venezuela.

Como se comentó arriba desde la Gestión se contribuyó a la creación y al desarrollo de tres los (3) postgrados en la materia: Especialidad en Medicina Ocupacional, la cual ya no se dicta, Especialización en Salud Ocupacional y Especialización en Higiene Ocupacional. De tal manera que la Gestión en SST en materia académica y de investigación fue hacia adentro, para atender al personal obrero, profesoral y empleados de la UCV, hacia la calle y tuvo ese punto culminante con el apoyo que se brindó a los postgrados en la UCV en estas disciplinas. 

EL CASO DE EL HORNITO Y COLA DE PATO: PEQUIVEN

            La UCV fue llamada a prestar asesoría y dar opinión en varios casos de contaminación de trascendencia, uno de ellos fue el conflicto que se le presentó en la Costa Oriental de El Lago de Maracaibo, cuando los habitantes de dos poblados de pescadores acusaron a PEQUIVEN de ser causantes de varias situaciones de salud que alarmaron no sólo en Venezuela, sino también en la comunidad internacional. La empresa y la comunidad llegaron a un acuerdo de aceptar la investigación por parte de la UCV y no de la Universidad del Zulia, alegaban esos vecinos que la universidad local iba a actuar sesgadamente a favor de la empresa y preferían la seriedad de la UCV.

            En esa oportunidad, la Gestión logró movilizar a profesores de la Facultad de Ciencias, y en campo se logró detectar que las plantas de tratamiento de la empresa no funcionaban adecuadamente, por lo que numerosas sustancias químicas peligrosas eran vertidas al lago, en la zona donde pescaban los integrantes de esa comunidad. El asunto luego fue tomado en sus manos por el Ministro de Salud, quien a través de epidemiólogos puso en duda los estudios de la UCV. Eso lo aprovechó PEQUIVEN para mover a los dos poblados completos al sur de la empresa, a donde teóricamente no llegaran las corrientes de agua, pero lo más importante es corrigieron la falla que por años habían tenido con sus sistemas de tratamiento de aguas industriales servidas.

SEGURIDAD RADIOLÓGICA

            Durante el Rectorado de Trino Alcides Díaz se tuvo que resolver un problema generado por la retención en la Aduana Aérea de un material radiactivo que se usaba en la investigación en la Facultad de Ciencias. Eso pasaba porque la universidad debía cumplir con una Gaceta Oficial que era desconocida por los investigadores, lo cual llevó a presentar al Ministerio de Minas y Energía el “acta constitutiva de la empresa y sus estatutos”, que en el caso de la UCV corresponde a la creación de la Real y Pontificia Universidad de Caracas por la cabeza del Reino de España, Felipe V en 1721, y a los Estatutos Republicanos del Libertador Simón Bolívar en 1827.

            Esto causó un impase porque los burócratas del ministerio estaban esperando la papelería de una empresa moderna y pensaron que se le estaba tomando el pelo, por lo que la cosa llevó a la intervención de la Consultor Jurídico de la UCV, el profesor Baldo Alesi. Pero además se debió realizar un curso en Seguridad Radiológico pautado en la Norma Venezolana Covenín de la época, así desde investigadores que habían operado una central nuclear, los operadores de cualquier equipo que emitiera radiaciones ionizantes en la UCV, incluso en el Hospital Universitario y el personal de la Gestión de la SST debió hacer y aprobar dicho curso.

            Esto es importante en momentos en la gestión cumple 35 años, porque los que hicieron aquel curso siguen siendo aún las personas autorizadas por el ministerio para todo lo que tiene que ver con equipos y materiales que emiten este tipo de radiaciones, y eso la UCV debe proceder a actualizarlo. En aquella oportunidad se tuvo el apoyo, nada menos que del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en la persona de José Antonio Lozada, a la sazón funcionario de ese organismo. Entre los cursantes, que quedaron desde entonces como Oficiales de Seguridad Radiológica se encuentran Eric Omaña, Ángel Díaz, Félix Flores, el desaparecido profesor Fernando Gonzáles, Lisetta de Rojas y Carlos Rojas.

 UN CASO JURÍDICO

Entre el año 2000 y el 2001 vivimos un hecho a destacar, fue el caso de la secretaria de la Oficina creada en Maracay, quien bajo la influencia de una sindicalista, hoy lamentablemente desaparecida, nos llevó a juicio, alegando que la universidad la exponía a condiciones inseguras e insalubres en su sitio de trabajo. Aquella sindicalista había sido contratada, antes de meterse en la lucha gremial creando un sindicato paralelo al existente, como la médica ocupacional de la Oficina. Fue una situación excepcional, porque la instancia de la UCV que debe cuidar la salud y seguridad de los trabajadores y trabajadoras de la UCV, según esa sindicalista y la secretaria, estaba actuando contrario a la ley.

La secretaria pasó 8 meses de reposo y dado que se demostró ante el INPSASEL y la Inspectoría del Trabajo ser falsos todos sus argumentos, se le exigió reintegro al trabajo, por lo que ambas féminas, asistidas por un abogado solicitaron ante el Tribunal de Carrera Administrativa que se dictara un Amparo Constitucional para “proteger” a la secretaria.

A tal efecto se realizó una Audiencia Pública y Oral, en la cual el Jefe de la Oficina Universitaria de SST, Ing° Eric Omaña tuvo 10 minutos para exponer los alegatos de la UCV ante un tribunal integrado por tres (3) juezas. Las abogadas que nos asesoraban por la universidad no tenían buenas esperanzas por esta situación de las tres juezas y que la afectada es también una fémina. 

Ese alegato fue una de las clases de Salud Ocupacional más sintetizadas, completas, con sólidos aportes históricos, tecnológicos y jurídicos como pocas veces se ha dado, esa fue la opinión de los trabajadores que acompañaron a los representes de la UCV en ese juicio, como comentó después Enrique Montenegro.

La secretaria no tuvo más remedio que volver a su puesto de mecanógrafa de la Oficina de Maracay pero con el tiempo, convertida ahora también en sindicalista, tramitó cambio para otra instancia de la UCV en esa ciudad, lo que aceptamos de sumo agrado.

A QUIENES RECORDAR HOY QUE PUSIERON SU GRANO DE ARENA.

            La lista es larga, y vamos a correr el riesgo de dejar gente por fuera, esperamos que todos entiendan que este reporte sale de la memoria, porque toda la documentación emanada de la Gestión de la SST en la UCV fue desaparecida por el cierre forzoso que realizó la rectora Cecilia Marques Arocha de la oficina donde se funcionaba la DAST y desaparecido toda su documentación y equipamiento.

            Eso marcó una etapa que apuntaba al cese de toda la actividad que corresponde al empleador, en este caso a la UCV, para velar y preservar la salud y seguridad de profesores, empleador y obreros, pero afortunadamente, con el Rector Víctor Rago, todo parece apuntar a que se rescatará la Gestión de la SST en la UCV, el evento para conmemorar los 35 años, es un buen indicio.

Pero hagamos el intento de traer a estas notas, a aquellas personas de las que nos acordamos, además de todos los arriba mencionados, nos vienen a la memoria: Abner Flores, Eneida Romero, Ramón Blasco (Guameño), German Velásquez y Rafael Alvarado en la Facultad de Ciencias; Nelly García, Vestalia Da Silva y Maritza Gómez en la Facultad de Medicina; Miguel Ángel Pinto, Luis Galíndez y  Cenobio Peña de Mantenimiento de Áreas Verdes; Elsa de Blanco y Néstor Luis Moscó de Biblioteca Central, Kennet José Agar de Servicios Generales, Lewis Valero de los Bomberos Universitarios, Sara Vera de la Escuela de Trabajo Social, y muchos más que en la medida que los vayamos recordando los iremos agregando a este pequeño ensayo.

MUCHAS SITUACIONES QUE ESTÁ PROHIBIDO OLVIDAR

            Entre los hechos que nos está prohibido olvidar está el accidente en el túnel de vapor, que resulto en la muerte de 4 bachilleres aspirantes a Bomberos Voluntarios, uno de ellos por cierto hijo de uno de los promotores de la Gestión de la SST en la UCV. De este triste episodio Omaña (2021) sistematizó la información disponible para entonces.  Este El 17 de junio se cumplirá 30 años de aquel infausto acontecimiento, es un momento en que no debería pasar sin un acto conmemorativo en memoria de aquellos bachilleres que fallecieron por una práctica equivocada.

Otro hecho de importancia fue el acoso de que fueron objeto los responsables de la Gestión de la SST en la UCV por los sectores encapuchados, que todos los jueves ponían en jaque a la comunidad por sus enfrentamientos con la Policía Metropolitana. El darle la cara a esos sectores fue un hito en el cambio de conducta para mucha gente que en Ciudad Universitaria veía con simpatía la acción de esos sectores, que con el tiempo pasaron de la extrema izquierda a la extrema derecha, en el espectro político de la vida nacional.

En Caracas a los 35 años de Gestión oficial en Seguridad y Salud en el Trabajo en la Universidad Central de Venezuela. Porque la Gestión sea fortalecida.

 

Referencias

Lafee, Carlos (2002). Las boinas azules: una casta muy especial. Una breve historia (no oficial) de los Bomberos Voluntarios de la UCV. Disponible en http://www.ucv.ve/index.php?id=1916

Montenegro, Enrique. Recuerdos de la Primera Fase de la Creación del Departamento de Asistencia y Prevención Ocupacional. Comunicación personal. 25-2-2024.

Omaña, Eric. (2021). Accidente fatal en la UCV 1994. Blog Naturaleza y Trabajo. Disponible en https://naturaytrabajo.blogspot.com/2021/06/accidente-fatal-en-la-ucv-1994.html

Omaña, Eric. (2022). La pequeña historia de la LOPCYMAT. Blog Naturaleza y Trabajo. Disponible en https://naturaytrabajo.blogspot.com/2022/01/la-pequena-historia-de-la-lopcymat.html

Romero Veloz, Pedro. (2004). Una versión de la historia no contada. Mimeografiado.

 

 

Comentarios

  1. Excelente reseña histórica, pudiera servir de reflexión para el resto de las Universidades del país, donde la gestión en SST es ignorada por autoridades y por quienes supervisan el cumplimiento de la Ley en materia de SST. No solo las universidades, también los hospitales y todo del sector público...Trabajadores y trabajadoras desasistidos, por un giro selectivo de la implementación de todo lo relacionado con la SST en Venezuela .

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  2. Saludos Erick excelente resumen e importante como un legado para futuras generaciones

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  3. Interesante el contexto.
    Importantes los detalles en sus inicios y sus antecedentes.
    En la actualidad, que sigan fortaleciéndose estos avances.

    Gracias por compartir información.

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  4. Lo que no escribimos para no caer en el tema político-partidista fue que la gestión de la anterior rectora acabó con toda esa experiencia, bajó el rango a la estructura, la puso a depender no del rectorad sino de una dirección de segunda línea, cerró los espacios donde funcionaba el ahora llamado Departamento de Higiene y Seguridad, botó todos los archivos de esa experiencia, en fin acabó con todo, como dice el merengue dominicano; pero lo peor es que en la actual gestión, con un nuevo rector, la persona que ejecutó esa liquidación, sigue al frente de la dirección de seguna línea arriba mencionda, por lo que no se prevé luz en el horizonte.

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  5. Saludos, mi estimado Dr. Omaña. Cuanta historia se podra seguir sintetizando en los escritos, faltaria mucho más espacio. Recuerdo lo comentado en la Maracay, asi como el espacio en la UCV con muchisima información. Sin embargo tambien me procupa la historia que se escribira de nuestra UCV, en materia de SST.

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